Cuando las campanas de la Catedral proclamaban a voces a las 19:30 de este viernes, el interior del templo se convertía en un ir y venir de personas cuyos pasos iban marcados por la oración a la Virgen de la Victoria, que esperaba su salida procesional. Los primeros toques de campana dados por el alcalde, Paco de la Torre, fueron precedidos de un Ave María cantado a los pies de la imagen por una de las devotas.

Con las puertas del patio de los Naranjos abiertas, la Victoria emprendía su camino ante los ojos de los malagueños, mayores y pequeños. Uno de los monaguillos, con la emoción asomando en sus ojos y una estampita en la mano, se dirigió rápidamente al alcalde para dársela: “Ya le he visto en varias ocasiones y es un placer”, dejó escapar el pequeño con algunos nervios antes de volver corriendo a su sitio mientras una sonrisa asomaba en el rostro de de la Torre.

El incienso mezclado con el azahar y el calor, que aún marca las jornadas, se convertían en el telón de fondo de la Virgen de la Victoria, que otro 8 de septiembre salía en su día como patrona a bendecir las calles y a los ciudadanos. Una petalada convertía la rampa de salida de la Catedral en un pasillo de coloridas flores. Con un pequeño retraso, la plaza del Obispo volvía a ser testigo de una Málaga entregada a la Victoria, que pasaba ágilmente para llegar a la arteria principal de la ciudad: calle Larios.

El sol seguía iluminando los varales del trono cuando comenzaba el paso por la calle Larios y dejaba paso a las estrellas cuando la imagen llegaba a la plaza de la Constitución al son del himno de España tocado por la banda ‘Maestro Eloy García’ bajo la gran bandera de la plaza. Los fieles más afines a la imagen, pudieron disfrutar desde el inicio hasta la llegada a su templo de la nueva Cruz Alzada, acompañada por una manguilla y una pareja de ciriales inspirada en el Cristo de la Misericordia de Granada.

La cruz fue obra del Catedrático de Historia del Arte, Juan Antonio Sánchez López y el bordado fue realizado por el taller de la hermandad bajo la dirección de Sebastián Marchante Gambero. Además, el trono de la Victoria contó con tres capillas: una central con una Custodia y dos laterales con los escudos de la Catedral y de la Hermandad.

Conforme se dejaba atrás la plaza de la Constitución, el recorrido que había causado tanta incertidumbre en un comienzo debido a las obras de peatonalización de la calle Álamos y sus alrededores cobraba vida al paso de la imagen por Calderería, Uncibay, Casapalma, Cárcer, Madre de Dios, Plaza de la Merced por el lateral oeste y norte, Victoria, Plaza de la Victoria, Compás de la Victoria, Plaza del Santuario hasta llegar al santuario.