Roma huele a romero al paso de la Esperanza de Málaga
La Virgen ha recorrido las calles de la ciudad eterna entre aplausos, 'vivas', y gritos de 'guapa'
La gran procesión en Roma de la Esperanza de Málaga, en directo

Roma/Esperanza esperaba en brazos de su abuela que la Virgen pasara frente a ellas. La pequeña tiene la edad suficiente para que, el día de mañana, este sea el primer recuerdo que tenga de su Virgen, en la procesión de Roma. La mayor que la sostenía en brazos miraba, emocionadaba, como la infanta observaba con curiosidad cada escena que sucedía ante sus ojos.
Los vivas, los guapa, los te quiero. Todo iba arrancándose de las gargantas de los malagueños cuando los hombres de trono paseaban a la Virgen de calle Hilera por un escenario inusual. Esta vez, Roma era testigo de la devoción de Málaga. La historia se escribía con tinta de oro y olor a romero en una procesión que, a buen seguro, será imposible de olvidar, y abarrotara las sobremesas etenernas en las casas de los vecinos de la Hermandad.
Hasta uno de los guardias civiles que acompañaba a la Virgen lloró. Un día histórico que los esperancistas nunca olvidarán. Pero plagado de lágrimas, en los hombres de trono, las hermanas y hermanos de la cofradía y los malagueños que se desplazaron a la capital de la cristiandad. A la novena provincia andaluza.
La emoción imposible de contener que presidió una procesión inolvidable. “Con poderío” exhortaba el capataz a la salida del tinglado después de que el alcalde de Málaga, Francisco De la Torre, diera los primeros golpes de campaña. Y la Catedral andante, a hombros de sus más de 520 portadores, entre ellos los de una mujer por primera vez, dejó ver su majestuosidad al mismísimo Coliseo.
Al llegar al Coliseo, hasta la mayor inmensidad se hizo pequeña. "Así se cogen las curvas en Málaga", gritó uno de los espectadores que, sin poder evitarlo, derramaba lágrimas por sus mejillas a la par que sostenía con fuerza la medalla que con tanto orgullo portaba a su pecho. Él, a diferencia de la pequeña Esperanza, ya peinaba alguna cana, pero este será uno de los mayores recuerdos que guarde junto a la dueña de sus oraciones.
Francisco de la Torre fue otro de los protagonistas de la jornada. El alcalde fue recibido durante el tránsito de la procesión a gritos, palmas, "¡alcalde, alcalde!", se escuchaba a son a los miles —muchos, muchísimos— malagueños que se agolpaban en las zonas delimitadas para poder disfrutar de la magna procesión que habían creado en la ciudad del Tíber. El máximo dirigente del Ayuntamiento, por su parte, se acercaba a todos aquellos que pudiere para tenderles su mano. Málaga, entera, los que han venido y los que no, estaban hoy presentes tras el manto de la Esperanza. "Málaga a través de la Esperanza está teniendo un protagonismo importante", celebraba..
Banderas de Málaga. De Andalucía , de España. Algún símil malagueño, incluso ante las horas de espera de un puñado de jóvenes en una de las aceras del monumento más conocido de la ciudad eterna. Como si la Tribuna de los Pobres hubiese viajado al evento otra vez. En la tribuna de autoridades, la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, subrayó que este era "un día grande para Andalucía y para España", y prometió visitar la Semana Santa de Málaga el próximo año.
Los hombres de trono también han jugado un papel maratoniano en las más de 7 horas de procesión. Era impresionante ver como atravesaban las cuestas que la ciudad les ponía por delante. La inmensidad del trono impactaba a romanos, turistas y sevillanos, que esperabas tras ver pasar al Cristo de la Expiración para ver —posiblemente, por primera vez— uno de los mayores símbolos de la idiosincrasia malagueña. Entre la multitud, uno de los espectadores aseguraba que "sin duda, la Virgen de la Esperanza ha arrasado con la procesión".
La gran procesión que corona el Jubileo de las Cofradías de Semana Santa también ha servido para mostrar al mundo la religiosidad popular andaluza. Una jornada luminosa que también tuvo su momento de emoción un chaparrón fuerte después de las 20:00 permitió cubrir el manto de la Esperanza con un impermeable verde que simulaba su capa original, mientras, el Cachorro a paso de tambor aceleraba. La Esperanza levitó entre vítores, aclamada por un público que no dejó de gritarle guapa ni un solo instante en los más de tres kilómetros de su recorrido procesional.
Todo se ha consumido. En abril hizo un año de aquel cabildo que, por unanimidad y con bastante brevedad, aceptó la invitación del Papa Francisco para venir a la Gran Procesión. Hoy, la Esperanza ya aguarda a la espera de emprender el camino de vuelta a su casa. En Málaga todos la esperan. Roma hoy olía a romero y retumbaba "¡guapas!". Sin duda, un día para la historia.
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