La gripe que corre como un rayo: todo sobre la variante K del H3N2

Esta temporada, la gripe ha llegado antes de lo esperado. La epidemia comenzó entre cuatro y seis semanas antes de lo habitual, provocada por el virus de la influenza A H3N2, específicamente su nueva subvariante denominada K. Europa ha registrado tasas récord de contagio, mientras América Latina comienza a detectar los primeros casos en países como Argentina, Chile, Perú y Bolivia.

La propagación anticipada coincide con la temporada navideña, un momento de alta movilidad y reuniones familiares, lo que aumenta la presión sobre los sistemas sanitarios, ya saturados por otros virus respiratorios como el VRS. En España, aunque la incidencia ha mostrado un ligero descenso reciente, algunas regiones, como Cataluña, han registrado cifras históricas, con más de 500 casos por 100.000 habitantes en algunas semanas.

¿Qué es la variante K del H3N2?

El virus de la influenza tipo A se clasifica según dos proteínas de su superficie: hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N). El subtipo H3N2 circula habitualmente entre humanos y se subdivide en clados y subclados. La variante K, antes conocida como J.2.4.1, presenta mutaciones en la hemaglutinina que le permiten evadir parcialmente la inmunidad previa y transmitirse con mayor facilidad, sobre todo en entornos cerrados como hogares, escuelas o residencias.

A pesar de su alta contagiosidad, los expertos insisten en que no provoca una enfermedad más grave que otros subtipos estacionales. La mayoría de las personas se recupera en casa sin complicaciones, aunque los grupos vulnerables (niños, mayores de 65 años y personas con enfermedades crónicas) requieren vigilancia médica.

Síntomas intensos pero manejables

La gripe causada por H3N2 con variante K suele aparecer de manera repentina y puede incapacitar temporalmente. Los síntomas más comunes incluyen:

• Fiebre alta, generalmente superior a 38 °C, acompañada de escalofríos y sudoración.
• Tos seca y persistente, que puede durar hasta dos semanas después de desaparecer la fiebre.
• Dolor de cabeza intenso y malestar generalizado.
• Dolores musculares y fatiga extrema, que prolongan la recuperación más allá de una semana.
• Congestión nasal, dolor de garganta y goteo constante de la nariz.

En personas con sistemas inmunitarios más débiles, la gripe puede derivar en complicaciones como neumonía bacteriana, infecciones de oído o de senos paranasales, además de agravar enfermedades crónicas como asma, diabetes o insuficiencia cardíaca.

Prevención y control durante las fiestas

Los especialistas ya advierten: tras las celebraciones navideñas, se espera un aumento significativo de los casos de gripe. Virus y bacterias no respetan parentescos ni fronteras. La lección de la pandemia sigue vigente: a más contactos sociales, mayor propagación de infecciones.

Si se opta por asistir a reuniones familiares, se recomienda ventilar los espacios y usar mascarilla ante síntomas como tos, dolor de garganta o malestar general. En ambientes cerrados, si se reúnen 10 personas y una está enferma sin protección, la mayoría probablemente se contagie.

De todas las infecciones respiratorias, la gripe es la que más hospitalizaciones genera, especialmente del tipo A. Por el contrario, el virus respiratorio sincitial ha visto un desplome de hospitalizaciones en bebés gracias a la inmunización universal hasta los seis meses.