TV-Comunicación

"Pensé que a Mauricio lo botaban a la primera"

  • Este mes hay reunión para la siguiente temporada de 'Aída' El actor onubense no renuncia a su personaje

Hace nueve años que le llegaba el guión de una serie que se preparaba, Aída, en la que un personaje, un tal Mauricio, decía unas barbaridades que no se imaginaba cómo podía sacar adelante. El onubense Mariano Peña, de Manzanilla, se lamentaba de tener que hacer , otra vez, el papel de antipático. Era un rol difícil, un personaje que fue construyendo con el tiempo. Tirí-tirí. De una escena por capítulo Mauricio Colmenero pasó a tener una trama propia y hasta le dieron un Ondas. Con una nueva temporada en Telecinco, Globomedia prepara la siguiente tanda de Aída, en la que Mariano seguirá diciendo mucho de boca del dueño del Bar Reinolds.

-Hace sólo nueve años el acento andaluz sólo se oía en las criadas de las series...

-Era un lastre que los actores lleváramos nuestro acento. Ahí tendríamos que poner en un altar a Benito Zambrano por la miniserie Padre Coraje. Fue cuando muchos dijeron "¿de dónde han salido tantos actores con este talento?". Aquello coincidió con Arrayán, donde hacía un personaje muy antipático. Había hecho mucho teatro y doblaje hasta entonces, pero fue la serie de Zambrano la que me abrió las puertas de Madrid. A mí y a otros compañeros.

-¿Cómo recuerda su primer 'encuentro' con Colmenero?

-Empezamos a grabar en las Navidades de 2004. Siempre te llega el productor diciéndote que tu papel secundario es para unos capítulos, que ya veríamos... Así empezó esta aventura. Lo que yo me dije entonces fue, "cáspita (lo pronuncia con guasa), otra vez un tipo huraño, oscuro, incorrectísimo".

-Y ahora es uno de los personajes más queridos de la TV en España.

-Me llegan gente diciendo que se sienten como Mauricio. Que es igual a ellos, que les cae muy bien, que es muy simpático. No lo entiendo. Me sigue sorprendiendo cómo ha calado y cómo llegan a identificarse con él.

-¿Cómo le fue agregando vida a este señor tan facha?

-No me podía engañar, la serie se llama Aída, surgía un personaje central fortísimo, junto a otro personaje muy grande, Luisma, y los demás los apoyábamos. Los personajes fueron creciendo, con los capítulos. La suerte fue que los guionistas en esta ocasión supieron ver el potencial y crearon tramas preciosas. Fue un proceso de meses, porque en principio pensaba que a Mauricio lo botaban a la primera.

-¿No se ha cansado de él?

-Mauricio es como un hijo adoptvio. Sólo me ha dado satisfacciones. No querría abandonarlo, pero me gustaría compaginarlo con más cosas. Me suelen ofrecer más de lo mismo. En el caso del teatro, que supone más esfuerzo diario, tendría que ser algo que me enamorara mucho. Colmenero es inquieto, pega carreras con ese vozarrón, las escenas se tienen que repetir. Cada día de grabación acabas agotado.

-Los índices han sido discretos frente a otros años ¿podría cancelarse la serie?

-En verano terminamos 20 capítulos. Se está preparando una nueva temporada y a finales de mes estamos citados para reunirnos. Es una serie que lleva 9 años, que ahora ha de competir con mucho canales y los capítulos anteriores se repiten todos los días. Creo que Aída sigue teniendo un público fiel.

-¿Aceptaría un spin off que se llamara Mauricio?

-Sería bonito, pero inquietante. ¿Cómo seguiría Mauricio? Yo no renuncio a Machupichu... pero no creo que Aída esté desgastada.

-¿Cómo le acogieron en Barcelona en los Ondas?

-Fue maravilloso. Allí en Cataluña crearon una polémica en los medios con Mauricio, pero sólo noté admiración y cariño por mí y por el personaje. Mauricio se ha metido con todo el mundo: con las mujeres, los enanos, los minusválidos. La gente entiende que es humor.

-¿Y los 'machupichu'?

-Me sorprende porque ya es un adjetivo más. Me vienen inmigrantes diciéndome sonrientes: "señor, yo soy un machupichu" .

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