El todavía gerente de la empresa Pagés, Eduardo Canorea, anunció ayer que hará efectiva su retirada de la empresa Pagés el próximo 11 de diciembre, fecha en la que cumple 65 años.

"Es ya pública una decisión que tomé hace algún tiempo, la de retirarme del ejercicio de mi profesión", ha confirmado Canorea en un comunicado en el que reitera que "razones de salud" (sufrió un infarto) lo llevan "a este fin de un largo camino".

El empresario sevillano ha expresado su agradecimiento a las "buenas gentes del toro que dan lo mejor de sí mismas por la fiesta, esa expresión del alma española que no tiene parangón por su profunda belleza y porque resume las mejores virtudes de nuestro pueblo y sirve de inspiración a las demás artes".

Canorea tampoco ha olvidado a su padre, Diodoro Canorea, al que ha definido como "una persona de total humanidad" que le enseñó "el gran valor de hacer honor a la palabra dada y de ser justo con los demás".

El gerente de la empresa Pagés ha dado las gracias a la afición de Sevilla "por su sensibilidad y su tolerancia", pero también ha pedido "indulgencia por los yerros" en que haya incurrido.

Canorea siempre separó esta decisión de cualquier acuerdo con la Real Maestranza de Caballería o el grupo de toreros que se ha negado a torear en el coso sevillano en las dos últimas temporadas para presionar a la propiedad de la plaza para que rescindiera el contrato con los Pagés.

Canorea asumió la gerencia de la plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla en el año 2000 tras el fallecimiento de su padre, Diodoro Canorea Arquero, que había asumido la dirección de la empresa Pagés por su matrimonio con la hija del empresario catalán Eduardo Pagés, que firmó el primer acuerdo con los maestrantes en el lejano año 1932.

Las sucesivas subrogaciones del contrato con la Real Maestranza alcanzan ya la tercera generación de la familia y algunas fuentes cercanas a la institución nobiliaria apuntan que la vigencia del mismo es válida aún hasta el año 2024.