Toros

Vega torea con gusto y corta una oreja en la plaza de Barcelona

  • El diestro de la comarca cuaja una gran tarde en la Monumental, donde realiza una faena profunda y de gran nivel. También da la vuelta en su segundo, un toro complicado

GANADERÍA: Toros de Virgen María, bien presentados., de juego desigual, justos de fuerza. El segundo bueno 2º y el 5º con complicaciones. TOREROS: José Luis Cañaveral, palmas y saludos tras petición de oreja. Salvador Vega, oreja y vuelta tras petición de una oreja. Arturo Macías, silencio y silencio. Incidencias: Plaza Monumental de Barcelona. Más de un cuarto de entrada. El rejoneador José Luis Cañaveral sustituyó a Sergio Galán, lesionado.

El diestro Salvador Vega cortó ayer una oreja que pudieron ser dos en una tarde en la que parecía que había algún vegano infiltrado porque de forma incomprensiblemente el público no le pidió la oreja del que hizo quinto. De Arturo Macías destacó su voluntad en la tarde de su reaparición mientras que el rejoneador José Luis Cañaveral evidenció su escaso rodaje.

Vega realizó una labor de nivel en la que siempre se acopló a un buen toro de Virgen María. El torero se lució ya en el manejo del capote en un ceñido recibo a la verónica con capotazos con mucho gusto. Eso fue el prólogo de una faena que tuvo sus mejores momentos por el pitón derecho, lado por el que destacó la ligazón del trasteo.Muletazos de gran estética, con empaque y toreo grande a un toro que le costana embestir, pero que tuvo nobleza. Gran faena de Vega que remató de una estocada. Tardó en caer el animal y paseó una oreja de mucho peso.

Al mismo nivel estuvo con el que hizo segundo, ejemplar que presentó un mejor pitón derecho pero que desarrolló sentido durante la lidia. Un peligro que tragó Vega. Firmeza y seguridad fueron los pilares del trasteo. Los doblones del comienzo fueron carteles de toros y las primeras series por el derecho, en las que tragó el torero, tuvieron muletazos de gran plasticidad. A pesar de su disposición y buen hacer, el público, de forma incomprensible no solicitó una merecida oreja. Dio una vuelta al ruedo con fuerza.

Poco pudo hacer Arturo Macías con el toro de su reaparición después de caer herido en El Puerto de Santa María. El mexicano sorteó el ejemplar más pesado de los lidiados, con 580 kilos, y sólo pudo realizar una faena de detalles sueltos que no se vio debidamente rematada con la espada.

El torero sorteó a un tercero justo de fuerza con el que no se acoplo en un trasteo desacertado. Mató mal. Con el sexto tampoco se acopló en una labor destemplada y sucia. Se entretuvo con los aceros. Resultó cogido sin consecuencias del sexto, un animal con el que la tarde de su regreso tampoco pudo tomar color.

Por su parte, el rejoneador José Luis Cañaveral mostró un estilo sobrio y sin alardes con el que abría plaza, un animal que se paró pronto y al que despachó con un rejonazo de efecto fulminante.

El jinete puso rejones de castigo sin demasiadas florituras a lomos de Príncipe para lucirse más en banderillas sobre Madroño. De su discreta actuación, destacaron las dos rosas que puso y su esfuerzo fue recompensado con palmas. Más tarde, sorteó un animal con posibilidades con el que no terminó de acoplarse.

Con el cuarto, el jinete se lució en banderillas y volvió a demostrar un buen uso del rejón de muerte.

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