No hay un ambiente previo que invite al optimismo. El tajo copero y la derrota en Vitoria han avinagrado el ambiente en el Unicaja. Llegó a la Copa de pico alto tras victorias taquicárdicas ante el Madrid y el Manresa, pero los dos últimos partidos, aliñados con el parón para las ventanas, han distraído el centro de atención. Y hoy comienza el tramo decisivo de la Eurocup, otro punto de no retorno tras la Copa. Eliminatorias que se ventilan en 80 o 120 minutos. Desde hoy (19:00 horas, Teledeportes) en el Max Schmeling Halle.

La fragilidad que exhibe el equipo, capaz de meter 95 puntos en Vitoria mientras encaja 112, preocupa ya metidos en marzo. Se puede hablar de lesiones, que las ha habido y han hecho daño, pero cuesta pensar en que se alcance un punto de solidez preciso para soñar con un título que está a seis victorias, tres de ellas a domicilio. Escala, como hace dos años, con peso en la mochila el Unicaja, el de tener en cualquier caso el factor cancha adverso.

Debuta el equipo de Casimiro en el Max Schmeling Arena, pista no habitual para el Alba. El Mercedes Benz está ocupado por un concierto. El Alba jugó su primera temporada en la élite en 1989 y desde 1991 juega ininterrumpidamente en Europa. Ocho ligas, nueve Copas y una Korac (1995, primer equipo alemán en ganar a nivel continental con Svetislav Pesic a los mandos) configuran un notable palmarés. La Euroliga reza por un gran equipo en la capital alemana, aunque es el Bayern quien tomó la delantera en el país, además de París y Londres para una expansión de verdad en grandes mercados.

Los albatros, ave marina que da nombre al apodo del equipo berlinés, están adiestrados por Aíto García Reneses. El legendario técnico español, dos años y medio en el banquillo del Unicaja, cumple su segunda temporada en Berlín y ha configurado, de la mano del canario Himar Ojeda, un equipo de su gusto, con espacio para la cantera y con jugadores físicos y atléticos para mantener un alto ritmo durante muchos minutos.

¿Qué Unicaja esperar? Las bajas de Alberto y Jaime lastran, obviamente. No se ven señales de mejora en jugadores que deberían coger su bandera, caso de Boatright o Waczynski. Asomó la cabeza Wiltjer en Vitoria con una de esas llamaradas productivas que pocos jugadores pueden tener, pero hace falta más de otros. Milosavljevic está alistado, pero, por ejemplo, se necesita a los pivots, que sufrieron contra Tenerife y Baskonia. Es una competición la Eurocup en la que Shermadini ha rendido bien siempre y Lessort hizo un Top 16 excelente, rindiendo a alto nivel en contextos exigentes y ante rivales de diferente calado. Roberts y Boatright también deben querer.

El ambiente es comparable al que había dos años atrás tras la eliminación copera y en mes y medio se estaba levantando un título. Si hacer una gesta de ese tamaño es complicado, repetirla entraña quizá más dificultad aún. Al menos hay que competir el partido en el Max Schmeling para convencerse de que se puede conseguir pasar a semifinales. Es cuestión de ir partido a partido, pero a seis triunfos está un título y el billete de vuelta para la Euroliga. Por si alguien no se siente totalmente motivado, hay razones para activarse desde este mismo momento.