El Unicaja emprendió su viaje a Atenas para jugar esa final por el primer puesto del Round of 16 de la Basketball Champions League ante el AEK después de ejercitarse este lunes por la mañana en el Carpena. A continuación, tomó el vuelo rumbo a Zúrich, con escala en la ciudad suiza antes de volar a la capital griega. Ya por la mañana hará sesión de tiro en el Ano Liosia Olympic Hall, escenario del evento, con capacidad para más de 8.000 espectadores. En el encuentro contra el Galatasaray registró la mejor entrada desde la pandemia y hubo un gran ambiente.

La expedición cuenta con la presencia de Darío Brizuela. El escolta vasco va mejorando progresivamente de la lesión en el cuádriceps que se produjo en Murcia, donde ya llegó tocado tras el doble duelo ante el Galatasaray. Se ha vestido en los dos últimos encuentros, pero no ha llegado a jugar. Se encuentra mejor, pero hay la lógica incertidumbre a cómo responderá el músculo con máximo esfuerzo.

Completa la expedición a Atenas Rubén Vicente, que ya debutara a principios de este año en ACB ante el Bilbao y que, con la lesión de Mario Saint-Supéry, un fuerte esguince de tobillo que se produjo en el entrenamiento del viernes justo cuando estaba entrando en la rotación, es una pieza necesaria para completar los cupos que se exigen en la BCL, cinco de 12 jugadores de formación. Otra opción era que viajara Nihad Djedovic y se vistiera, pero finalmente se optó por que el bosnio continuara con su recuperación en Málaga y que se desplazara el joven mallorquín, subcampeón del mundo sub 17 el pasado verano. El equipo junior, del que es el líder ahora tras las lesiones de Álvaro Mena y el propio Saint-Supéry, juega esta semana el Campeonato de Andalucía y se espera que Antonio Herrera pueda contar con él el fin de semana para los partidos decisivos.