España organizó dos grandes campeonatos de baloncesto masculino en el siglo XXI, el Eurobasket de 2007 y el Mundial de 2014. Málaga no fue sede en ninguno de ellos. Sí lo fueron Alicante, Palma de Mallorca, Sevilla, Granada, Bilbao, Barcelona, Madrid y Las Palmas, varias de ellas por duplicado. Tenerife también organizó un Mundial femenino más tarde...

No existía entonces la sintonía que sí hay ahora entre las instituciones malagueñas y la Federación que preside Jorge Garbajosa. Desde 2002 a 2012 no hubo partidos en el Carpena. Desde entonces, amistosos ante Australia, Eslovenia, Lituania y Venezuela más el oficial del pasado verano ante Bielorrusia. Y ahora, este torneo de preparación para el Mundial de China. Doble función. Para hoy, Filipinas-República Democrática del Congo (19:30 horas) y España-Costa de Marfil (22:00 horas, Cuatro). Mañana, España jugará a las 22:00 horas, gane o pierda. En función de ello irá el programa.

El Carpena, que en enero se convertirá en teatro para la gala de los Goya, reabre sus puertas en un entremés, siete semanas antes del primer partido de competición oficial, el 28 de septiembre ante el Iberostar Tenerife. Para el aficionado al baloncesto, la espera es larga en verano. El cartel de torneo no es, por nombre de los rivales, resplandeciente. Pero hay dos rivales mundialistas, la Costa de Marfil de Deon Thompson, uno de los fichajes del verano cajista y una Filipinas donde el baloncesto es religión y con un talento de calibre NBA, Andray Blatche, con licencia para todo. Ambos equipos se han medido en sendos amistosos en Guadalajara esta semana.

Por último, la República Democrática del Congo, que no irá a China pero que, con el jugador del Manresa Jordan Sakho como principal rostro conocido, ha ganado hace pocos días el Afrocan, un torneo novedoso organizado por FIBA África.

Pero, obviamente, el reclamo grande es España. Un campeón de la NBA, Marc Gasol; un cajista, Jaime Fernández; otros NBA como Ricky Rubio y los Hernangómez... Y, por supuesto, Sergio Scariolo, también con un anillo en Toronto. De sus ideas y métodos para optimizar recursos puede depender el éxito de esta selección. El técnico más laureado de la historia del combinado nacional tiene crédito sobrado.

La transición de la legendaria generación del 80 se ha consumado ya, a expensas del esperado último canto de Pau Gasol en Tokio. Tanto dieron al baloncesto patrio que hay una cierta sensación de orfandad al contemplar la lista de convocados, no exenta en absoluto de calidad pero sin la jerarquía rebosante de abundantes ganadores múltiples de casi todo que había. Rudy, Ricky, Llull y Marc, no obstante, abrigan a una selección con miembros de esa clase media que se ha reivindicado con las ventanas tiene margen para reivindicarse. Y el Carpena se vestirá de rojo para animar a un equipo aún en construcción para llegar a China competitivo.