La posibilidad de que Málaga sea la sede de la Copa del Rey de 2017 está más próxima. Las instituciones (Ayuntamiento, Junta y Diputación) se reunieron ayer, con la mediación del presidente del Unicaja, Eduardo García, con el presidente de la ACB, Francisco Roca, en un almuerzo celebrado en un restaurante del centro de Málaga. Roca se desplazó desde Barcelona para testar la cohesión de la propuesta malagueña y pudo comprobar que la sintonía es buena. Estuvieron presentes Roca y García con el alcalde De la Torre, el presidente de la Diputación, Elías Bendodo; y el delegado de la Junta en Málaga, José Luis Ruiz Espejo. Cada una de las instituciones aportaría un tercio del canon que pide la ACB.

La idea con más fuerza ahora mismo es que Málaga acoja la Copa de 2017 y Las Palmas la de 2018, una vez se cayó la candidatura de Madrid para la siguiente edición. Sucede que la proposición malagueña es más baja económicamente que la canaria, que acepta el canon completo que pide la ACB. Es cuestión de prioridades ahora. Málaga, siempre bien relacionada con la ACB (hay un complejo deportivo en El Palo de explotación compartida con el Ayuntamiento), tenía pensada la propuesta de 2018, más cerca a al capitalidad cultural europea de 2020 que ostentará. Pero el cambio de planes ha variado el panorama.

La secuencia de organización de fases finales de la Copa en Málaga ha sido 2001, 2007 y 2014. Podría acortarse, ya fuera en 2017 o 2018. No se cerró el acuerdo, pero mucho tendría que torcerse, o irrumpir alguna ciudad con fuerza, para que Málaga no organice una de las dos próximas ediciones del evento más atractivo del baloncesto español de clubes. Los beneficios económicos para la ciudad y la provincia están bien documentados y sobrepasan con creces la inversión. Las fechas de la edición de 2017 son del 16 al 19 de febrero y, como es habitual de 2004, lleva aparejada la organización de la Minicopa, con los ocho mejores equipos infantiles del país.