Entrevista con Francis Alonso, jugador del Unicaja

“Voy a dar lo mejor de mí, tengo muchísima hambre”

  • Francis Alonso, tras una temporada convulsa en su regreso desde EEUU, se prepara para llegar a punto a una campaña en la que formará parte del Unicaja, con la aspiración de entrar en los planes de Casimiro

Francis Alonso con Manolo Rubia en Los Guindos.

Francis Alonso con Manolo Rubia en Los Guindos. / Javier Albiñana

Francisco Fernando Alonso Martínez (Málaga,1996) ha vivido una temporada 2019/20 convulsa. Él la define como un “choque con la realidad”. Llegó de ser un ídolo en Greensboro, en la NCAA, para encontrarse de lleno en la crudeza del baloncesto profesional. Sin protagonismo en la cesión en Fuenlabrada, con tres partidos en Oviedo para recobrar ilusión, empezó a trabajar a las órdenes de Luis Casimiro, pero un positivo por coronavirus le alejó de vivir la experiencia de la Fase Final de la ACBen Valencia. Ahora, se entrena cada día en Los Guindos para llegar a punto al inicio de la pretemporada. Sabe que no es una campaña más. Parte como el jugador número 13 de la plantilla de inicio pero asegura que trabajará para su oportunidad.

–¿Qué tal el verano?

–Llevo casi un mes, desde que el equipo se fue a Valencia, entrenando por la mañana en Los Guindos, cogiendo rutina. Contento, aprovechando el tiempo. Descanso uno o dos días por semana, pero sigo trabajando, no se me da bien eso de coger vacaciones. Y más después de venir del confinamiento. Cuando el equipo se fue a Valencia me di un par de días, pero desde entonces, trabajando.

–¿Dónde está centrando más el trabajo?

–En mi cuerpo, en ese cambio físico, cuidando mi nutrición, siguiendo esa pauta de los últimos años. Quitando lo físico, que es lo más importante, manteniendo las capacidades que he desarrollado, el tiro, y también ampliando recursos que tenía. En Estados Unidos me especializaron más en ciertas cosas y toca trabajar esas cositas que uno pierde.

"En América me especializaron en el tiro; allí ven un potencial en un aspecto y te centran mucho en eso"

–¿Qué es lo que en Estados Unidos perdió?

–Allí me especializaron sobre todo en el tiro, se sorprendieron por mi capacidad de tirar y allí son así. En cuanto ven un potencial en un aspecto te centran mucho en eso. Soy un jugador flexible y cuando me piden una cosa intento dar el máximo de ella. Estando allí lo hice muy bien y destaqué y el equipo necesitaba eso. Fue un cambio porque de tener un rol como base o distribuidor aquí, más que de tirador, pues tuve que cambiar. Ahora le dedico más tiempo a recuperar las sensaciones de base, de manejo de balón, de generar más para los demás sin perder las capacidades que desarrollé allí.

–¿Base? ¿Escolta? ¿Combo? ¿Qué se siente más ahora?

–De lo que me necesiten. No ha sido una novedad, desde muy pequeño me usaban en las dos posiciones. Se me ha especializado más allí por su cultura o estilo. Lo único que puedo responder es que, donde me lo pidan, ahí jugaré. Creo que hoy en día es una ventaja, muchos equipos buscan ese tipo de jugador. Ayuda saber un jugador que puede jugar en dos puestos por lesiones, fatigas... Maduras mucho.

Francis Alonso, en un entrenamiento en Los Guindos. Francis Alonso, en un entrenamiento en Los Guindos.

Francis Alonso, en un entrenamiento en Los Guindos. / Unicaja B. Fotopress

–¿Mentalidad y disciplina es algo que se trajo de EEUU?

–Me alegro mucho de haber ido allí, una de las cosas que más cambió fue mi rutina de trabajo. El hecho de verte solo, cómo la gente trabajaba desde el día 1, al fin y al cabo uno tiende a darse cuenta de ciertas cosas, la diferencia de cultura entre el deporte. Aquí tenemos también muchas cosas buenas en España y en Europa, aquí, por ejemplo, en Málaga se trabaja muy bien, pero allí es un buen sitio para conocer otra ética de trabajo. Y allí aprendí esa disciplina.

"Lo que dijeron Eduardo y Luis de mí fue bueno de escuchar, sé que tengo su confianza"

–Hay que analizar su temporada pasada. A toro pasado, la cesión a Fuenlabrada tenía cosas buenas. Conocía al entrenador, a compañeros...

–Cuando haces este cambio y tomas una decisión todo lo que se veía a nuestro favor, por parte de ambas partes, eran cosas buenas, si no no lo hubiéramos hecho. También el Unicaja sólo veía cosas buena. Apareció la lesión y las cosas se complicaron. Así es el deporte, no sólo pasa a los jóvenes y no se puede controlar. He intentado ser muy constante. Ha sido un año muy, muy duro, viniendo de Estados Unidos, y sabiendo en qué posición estaba allí, había cosas que no podía controlar. Allí estaba en una situación muy buena, pero ha sido un choque con una realidad. Sólo tengo buenas palabras hacia Fuenlabrada, me dieron la oportunidad y me abrieron los ojos, me mostraron lo que es ser profesional. Una lesión puede oscurecer el camino que pensaba y lo que tienes que hacer es seguir trabajando. El año ha sido regular, pero las cosas pasan por alguna razón. Por las circunstancias han conseguido el objetivo de salvarse. He aportado mi granito de arena entrenando y en los minutos que tuve. Esas horas extra de trabajo dieron sus frutos en Oviedo, cuando me dieron la oportunidad. Me hubiese gustado ayudar a conseguir algo bonito allí. Tengo muchas buenas palabras al club y la ciudad, fue una experiencia muy buena. Después del estado de alarma, me dan la oportunidad de entrenar con el Unicaja después de seis años fuera. Tuve muy buenas sensaciones. Pero una mala pata de ese positivo, que fue injusto de alguna manera. Ya lo había pasado, pero tiene su lógica por las precauciones que hay que tomar ahora. Si no hubiera pasado por todo lo que pasé este año hubiera reaccionado de otra forma con ese positivo. Pero he aprendido este año a confiar en tu trabajo, en dar todo cada día y en ser positivo.

–Hablaba de esa etapa de Oviedo. Fue muy corta, pero cambió el aire.

–Siempre confié en mi trabajo y siempre lo haré. La vida del deportista es así, esto no para. Conociéndome, nunca dudaré de mi capacidad y ética de trabajo. Sabía que cuando me diesen la oportunidad, y Oviedo me la dio, esa sensación de jugador surgiría otra vez. Tenía muchas ganas. Sólo quería jugar y pasarlo bien. Después de un año así sólo quieres sentirte jugador y fue bonito, ojalá hubiera durado más.

–¿Cómo vivió ese positivo?

En cuanto llegué a Málaga había ya un protocolo, un seguimiento a todas las familias. Me hice las pruebas y me dijeron que estaba inmune y ya lo había pasado. Toda mi familia dio negativo, decidimos seguir entrenando, no tenía anticuerpos y no era contagioso. En esas dos semanas siguieron haciéndonos pruebas cada cuatro o cinco días y seguía con negativos. Todo el equipo y sus familias también. Y ya al final di ese último positivo raro, antes de ir a Valencia, que me sorprendió. Sabiendo los resultados y el historial me dijeron que la razón era que estaba ya en la última fase del virus, echando las células muertas. En fin, mala pata, pero las cosas son así. Agradecí que no tuviera ningún síntoma y que personas de mi alrededor no se hubieran contagiado. No tengo ninguna secuela. Tenía muchas ganas de ir al torneo y ayudar al equipo. Son cosas que pasan, hay que intentar sacar. El virus me permitió entrenar con el equipo, pero también me sacó de esa fase.

"No es que ya no sepa jugar de base, pero en EEUU no lo puse en práctica y perdí esas sensaciones"

–¿Cómo fueron esas semanas entrenando en esa dinámica con el primer equipo?

–Muy buenas sensaciones. Yo conocía al grupo y ellos me conocían a mí, pero nunca habíamos entrenado juntos. Intenté aprender todas las jugadas que se me dijeron e intenté dar lo mejor de mí, con una actitud buena, de aprender. Y de ser yo mismo como jugador. Tanto entrenadores, como compañeros y directiva creo que quedaron contentos con lo que vieron. Tras seis años sin verme en la dinámica creo que tuvieron buenas sensaciones y tengo ganas de que esto siga. El grupo me acogió muy bien, me hicieron sentir como uno más, intenté ser respetuoso y aprender.

–¿Qué es lo que más le ha costado readaptarse al juego que se hace en Europa?

–Hay más estrategia, es un juego más estratégico, cualquier detalle el equipo rival te lo castiga, cualquier error defensivo que tienes tu equipo lo paga. Estás jugando contra gente que tiene un nivel muy bueno, élite, lo mejor de Europa. Cualquier error que tengas, lo pagas. Es lo que más me impactó. El paso de EEUU a Europa también te redimensiona. Lo que viví en EEUU fue un sueño para mí, el hecho de ser uno de los mejores jugadores de la universidad, cómo me trataban, todo con mucho cariño, todo fue un cuenta de color de rosa, todo salía bien. Todo trabajo que hacía me daba recompensa. Este año me ha demostrado que eso no siempre ocurre. No siempre vas a tener resultados inmediatamente. Ha sido el choque con la realidad, a nivel deportivo y personal. Son cosas que no puedes controlar y hay que seguir trabajando, siendo constante. Si uno persevera, esa recompensa llega. Y al final acabará llegando.

Francis Alonso, en un entrenamiento en Los Guindos Francis Alonso, en un entrenamiento en Los Guindos

Francis Alonso, en un entrenamiento en Los Guindos

–En su casa tiene dos entrenadores, su padre y su hermano. ¿Qué consejo le dieron?

–Que siguiera trabajando, que intentara sacar lo bueno de lo malo. Usar esas cosas que me han pasado, esas sensaciones que no me han gustado, como motivación. Ellos siempre estuvieron ahí y se agradece tener en la familia y a gente que sabe de baloncesto como mi padre y mi hermano. Ha sido uno de los peores años, pero me insistían en que el trabajo te pone en tu sitio, aunque no salga al momento.

"Las sensaciones en las dos semanas trabajando con el equipo fueron muy buenas"

–El presidente y el entrenador han dicho que cuentan con usted. ¿Cómo lo toma?

–Para mí, todo es una oportunidad hoy en día. Voy a dar lo mejor de mí, tengo muchísima hambre, sobre todo tras el año que tuve. Quiero demostrarme a mí mismo que puedo estar aquí y puedo ayudar al Unicaja. Tengo muchas ganas de seguir trabajando, ayudar al equipo. Lo que dijeron Eduardo y Luis fue muy bueno de escuchar, saber que tengo la confianza de esas personas para ayudar al equipo me hizo sentir muy bien. Málaga es mi casa, siempre tuve mucho vínculo con este club. Y que los responsables te muestren su confianza es muy bueno, me alegra muchísimo. Esa motivación me hace tener muchas ganas de devolver esa confianza.

–Salió el interés de otros equipos para salir cedido. ¿Sólo tiene la cabeza en el Unicaja?

–Sí, estamos en la misma página. Por algo esas palabras del entrenador y el presidente. Estoy muy contento y con muchas ganas de empezar ya, de ayudar al equipo.

–Las lesiones de Jaime Fernández y Dragan Milosavljevic hacen que se abra una puerta para tener oportunidades en el comienzo de temporada.

–Yo ahora mismo daría muchísmo por que Jaime estuviera en el equipo. Lo que da Jaime es muy difícil de sustituir. Yo daré lo máximo en los entrenamientos y en los partidos, si hay minutos. Si no, en los entrenamientos. Esperemos que los dos se recuperen pronto porque los necesitamos y son piezas importantes para este equipo.

"Me dijeron que di positivo porque estaba echando ya las células muertas del virus, fue mala pata"

–¿Es Jaime uno de esos referentes en la plantilla?

–Intento sacar un poco de todos. Intenté aprender de todos los jugadores, tengo cierto vínculo con jugadores a los que conozco. Uno ve las cosas buenas de los compañeros entrenando, de bases, escoltas, aleros o pivots.

–En la posición de base hay jugadores donde aprender.

–Sí, Alberto, Mekel, el propio Jaime... Es una faceta del juego que he tenido y que en EEUU no es que la perdiera, pero no la he puesto en práctica y pierdes esas sensaciones. Necesitas trabajar y ellos me van a ayudar mucho.

–¿Qué le parece la plantilla?

–Nos va a ayudar que el grupo se conoce mucho, eso va a ser una ventaja y vamos a aprovecharlo. Llegó Abromaitis y seguro que va a poner su grano de arena.

"En Europa hay más estrategia, cualquier detalle el equipo rival te lo castiga, haces un error y tu equipo lo paga"

–¿Cuál fue la primera impresión con Luis Casimiro?

–Me ayudó muchísmo a nivel táctico y personal, me dio mucha confianza a nivel de entrenar, con muy buenas sensaciones, sentí esa confianza y es algo que aprecio e intentaré devolvérsela en trabajo y actitud. Estoy con muchas ganas de ser su jugador más tiempo que durante esas dos semanas.

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