Francis Alonso se entrena en Los Guindos cada día, como también lo hacen otros jóvenes canteranos como Yannick Nzosa, Pierre Sene, Pablo Tamba y Rafa Santos, una vez ya dio negativo en las pruebas del COVID-19. Un positivo previo le impidió acudir a la fase final en Valencia después de dos semanas trabajando con el resto de la plantilla. Fue un golpe duro para el jugador, que había tenido dificultades en Fuenlabrada antes de levantar la cabeza en Oviedo, en LEB Oro, con varios partidos de alto nivel, en su primer año tras acabar su periplo en la NCAA.

El escolta malagueño, al que se le ve fino físicamente, hará la pretemporada y será uno más a las órdenes de Luis Casimiro. Antes de la rueda de prensa del técnico departía con Jaime Fernández y el propio entrenador. Tras un año complicado, quiere llegar a punto para el inicio del trabajo. De partida, su rol es el jugador número 13 del plantel, aunque las lesiones de Jaime Fernández y Dragan Milosavljevic son una ventana por la que Alonso puede conseguir en la primera parte de la temporada más protagonismo.

"Con Francis, ya lo hemos demostrado, el director deportivo ha estado impecable. Nada más llegó del confinamiento, el entrenador preguntó dónde estaba Francis para que trabajara con el equipo", decía el presidente, Eduardo García sobre la figura del exterior formado en Los Guindos y Greensboro: "Vino para acá y hubiese ido a Valencia a la fase final de la ACB si no fuera por las circunstancias. Es de la casa, de la plantilla, estará en el roster de la próxima temporada. Lo sabe más que de sobra que apostamos por él, aunque necesita su tiempo. Ha sido un jugador del que la prensa ha analizado y escrito mucho, no creo que se haya hablado más de un jugador sin debutar con el Unicaja. Francis es patrimonio del club y del patrimonio se habla bien".