El Unicaja se abandona en Belgrado (105-89)
Estrella Roja - Unicaja Baloncesto
Un segundo cuarto sonrojante le cuesta una derrota para cerrar el Top 16
Siguiente etapa, a principios de marzo, en Berlín

Un segundo cuarto lamentable y algunas desconexiones más le costaron al Unicaja una derrota indolora en Belgrado (105-89) que no gustó por la forma y el juego en demasiados momentos. Todo se olvida con una victoria en el próximo partido, pero desagrada ver al equipo arrastrarse por la pista y abandonarse. Cuando pudo arreglarlo en el cuarto final no tuvo el acierto necesario para otra remontada. No había ni la química ni la atmósfera del domingo en el Carpena. Ni la necesidad.
Este grupo del Top 16, en clave verde, se ha decidido en dos partidos, el que ganó el Unicaja en Limoges y el que perdió el equipo serbio en tierras francesas. Fue la diferencia que propició la clasificación para el equipo malagueño a los cuartos. Es el Estrella Roja un cuadro de potencial alto. Ese mérito de ganar en Beaublanc es el matiz por el que el Unicaja rebasa su rival y está entre los ocho mejores. De momento, se apunta a lo que se hizo hace dos años. Acabar 3-3 esta fase y pelear siempre (salvo una excepción) con factor cancha adverso mientras se avance.
No salió mal el Unicaja al parqué de un desangelado Pionir. La rebautizada Aleksandar Nikolic Hall conoció mejores ambientes, había menos de 3.000 personas. Una victoria serbia en Limoges seguro que lo hubiera cambiado todo, pero afortunadamente había un colchón que el Unicaja se labró. Con Wiltjer, en un contexto de poca exigencia en el que se suele manejar bien, al comando (11 puntos en el primer cuarto), el Unicaja estiró el marcador (12-17) y tuvo algún minuto brillante,con buenas circulaciones de balón que habilitaban tiros claros (seis triples metidos en 10 minutos). Apretaba el Estrella Roja, en el que se percibía cierto aire reivindicativo en sus jugadores. Se lo tomaron con ganas.
Las rotaciones sentaron mal y el Unicaja completó un segundo cuarto sonrojante, impropio de un equipo de su nivel. Especialmente sangrante el partido de Ryan Boatright, al que Ragland le robó veces mientras subía la bola como si fuera un cadete. Dio el americano un cara refrescante y positiva en su llegada, pero ha gripado en los dos últimos partidos. Y su lenguaje corporal era negativo.
El Unicaja desconectó del partido de manera improcedente. Se puede dosificar o manejar esfuerzos, pero no abandonarse aunque el partido tenga peso casi nulo. Metió en pista Casimiro a Jaime Fernández, que en la víspera estuvo otra vez con gastroenteritis y había quedado algo débil. Metió cinco puntos, pero rápidamente se contagió del caos reinante. Hubo momentos ciertamente hilarantes, con festival de imprecisiones.
El Estrella Roja, que respetaba a los pocos aficionados presentes, vio camino para tener un partido plácido. Y al descanso llegaba con una renta de 16 puntos (57-41), justo la misma por la que el Unicaja perdía tras 20 minutos ante el Real Madrid el pasado domingo. Todo, después de recibir 31 puntos en 10 minutos.
Intentó el Unicaja volver al partido. Tiraban del carro Wiltjer y Waczynski, jugadores a los que se les pide más en encuentro de máxima trascendencia, más competitividad y dureza. En un partido más de guante blanco se agradecía su profesionalidad y su interés por evitar un papelón. Reducía hasta 10 puntos la diferencia, después de que Baron hubiera estirado hasta 19, el Unicaja pero no había una continuidad en el juego y los esfuerzos suficiente para poner en problemas a un rival con ganas de vencer y con varios jugadores como Davidovac o Nenadic, no muy habituales en roles protagonistas, haciendo daño.
Pasó el tercer cuarto sin que el Unicaja recortara (24-24), pero sí quiso acelerar en el último. Jaime Fernández firmó un veloz parcial de 0-7 que daba esperanzas. Hubo un momento clave para meterse plenamente en el partido de pleno. Con 86-79 tuvo el Unicaja dos posesiones y tres tiros para estar ahí con todo, pero fallaron Boatright y Milosavljevic sendos triples y Lessort un uno contra uno con el gigantesco Ojo. Y ahí murieron las opciones reales de ganar.
De ahí al final, el Estrella Roja recuperó los 16 puntos de renta con que ya se fue al descanso. Un indigno segundo cuarto propició una derrota que no duele por el fondo pero sí las formas. Siguiente etapa de la Eurocup: principios de marzo en Berlín.
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