Francis Alonso apura su experiencia en Estados Unidos. Exprime algo que seguramente sea irrepetible, en ese paso al profesionalismo al que se enfrenta tras cuatro años en la Universidad de Greensboro. El malagueño no para de entrenar, intentando mejorar su cuerpo y sus recursos técnicos, a caballo entre Miami y Los Angeles. Espera la comunicación de sus agentes sobre si participará con algún equipo en la Liga de Verano de Las Vegas, que comienza del 5 de julio y se extiende hasta el 15 del mismo mes.

Alonso se desplazará, en principio, a Nevada de todas formas, su agencia organiza entrenamientos para que sus jugadores puedan ser observados por representantes de franquicias y también de numerosos clubes europeos, que buscan talento para reclutar. Si hay oportunidad, como la hubo para un workout con los Hornets de Charlotte, mejor.

De fondo está el futuro de Alonso. El Unicaja ya le presentó una oferta y varios clubes de la parte media-baja de la ACB se han interesado por la posibilidad de una cesión. Por sus cualidades podría tener perfectamente sitio en la plantilla de la próxima temporada, pero hay otros aspectos que valorar. Tras cinco años en Estados Unidos, un aterrizaje en otro lugar de la ACB en el que no existan las expectativas que hay en Málaga con él es bien visto por sus asesores. Pero no hay ningún camino cerrado.

En el Unicaja se van dando pasos en la configuración de la plantilla. El inminente fichaje de Avramovic es el de un jugador en una posición similar a la de Alonso. La posibilidad de un fichaje con una cesión no es para nada mal vista en Los Guindos. Y ese medio plazo es la liga de verano de Las Vegas, donde siempre puede despertar la atención de algún equipo de la NBA, donde se valoran los especialistas. Y la mano de Francis es envidiable.

Se refiría Sergio Scariolo ayer en Deportes Cope Málaga a las situaciones de Rubén Guerrero y Francis Alonso. Ha seguido sus evoluciones esta temporada en la NCAA y están en sus pensamientos. “Son chavales que sigo con cariño especial, se asoman ahora a su vida profesional. Rubén ha tomado su decisión, Francis aún no. Tengo confianza en que puedan ayudar al baloncesto malagueño y español. Puede ser antes o después, en una fase inmediata o no. Tienen sus cosas, su por qué, su capacidad para progresar, para hacer experiencia en un baloncesto muy diferente al que han tenido en los últimos años”, señalaba Scariolo. De alguna manera, pedía paciencia para ellos. Los ha monitorizado en clave selección española.

Profundizaba Scariolo en esa comparación entre la NCAA y lo que podría ser su equivalencia con una categoría española. “Es un poco complejo el discurso. Francis tiene un talento importante, a nivel general la División I tiene más de 300 equipos. Hay niveles diferentes y roles diferentes. Uno puede estar en el fondo del banquillo de un equipo medio alto nivel, o jugar en un equipo de nivel medio bajo... Duke, por ejemplo, saca a tres jugadores en la lottery pick del draft de la NBA, tres de los primeros 14, uno número uno y otro número tres. Es un equipo que los ves jugar, a Zion Williamsom o RJ Barrett, y es un equipo ACB. Otros a lo mejor serán un equipo ni siquiera de LEB Oro, sino LEB Plata. El equipo de Francis tuvo temporadas buenas, con un rol in crescendo hasta convertirse en el rol de ser referencia en su equipo”.

Esa duda de la readaptación a un rol y a un baloncesto distinto estará, pero, como decía el propio Scariolo, “en este juego, cuando tienes una muñeca como la de Francis, tienes ya mucho ganado”.