La primera salida europea del Unicaja deposita al equipo malagueño a orillas del Báltico en Gdynia, ciudad de 250.000 habitantes que forma parte de la Trójmiasto, área urbana en el norte polaco constituida por tres ciudades principales: Gdansk, donde aterrizó el equipo y en cuyos astilleros comenzara Lech Walesa aquella huelga que 10 años después le llevó a ser presidente del país; Gdynia, donde juega; y Sopot, donde se aloja. La aventura comenzó con una victoria casera ante el Buducnost, pero es a domilicio donde hay que tomar posiciones y donde, como decía Boza Maljkovic, se ven los equipos buenos. Allí se juega desde las 19:30 horas (Dazn).

La victoria en Vitoria, por el qué y por el cómo, ha limpiado la atmósfera como una buena capa de lluvia. Hay que ratificar esa mejoría exhibida en la última semana porque la competición es un examen continuo. No se ha dejado de competir en ningún partido pese a la manifiesta inferioridad que hubo ante Tenerife y Manresa, pero con victorias todo parece más estable y sólido.

Visita el Unicaja al Asecco Gdynia. Mazowszanka Pruszkow, Idea Slask Wroclaw, Stelmet Zielona Gora y el propio rival de hoy han sido los contrincantes polacos que ha tenido el Unicaja en sus aventuras europeas. El baloncesto polaco ha experimentado una progresión en los últimos años. De esa generación del 93, a la que se enfrentaba Jaime Fernández, que fue subcampeona del mundo sub 17 en 2010 se consiguió un impulso. Y la selección se ha hecho habitual en los Europeos y hasta volvió a un Mundial 52 años después. Ha tenido jugadores en la NBA como Gortat y Lampe y ha exhibido un juego duro y con grados de competitividad.

El Unicaja se encuentra a un club de élite polaca, que fue clásico en la Euroliga y que ahora no domina como solía hacerlo. Tuvo momentos en los que pareció coger el tren de la Euroliga, con licencia A, pero se acabó diluyendo. No obstante, es un rival con cinco americanos que elevan el nivel físico y clásicos de la selección polaca como Hrycaniuk y Szubarga. Bostic impactó en el partido ganado en Oldenburg y han vencido en sus tres primeros partidos oficiales de la temporada. Hay tradición de baloncesto en la zona (Sopot también tiene un equipo habitual en competiciones europeas) y, a tenor de cómo ha vendido el club el encuentro por las redes sociales con el enganche de Waczynski, hay expectación por ver allí al Unicaja.

Y hay expectación en Málaga por ver qué hace el equipo cajista, por ver cómo continúa esa línea que empezó en un punto más bajo del esperado en los dos primeros partidos. Se ha ido enderezando, pero seguramente habrá recaídas porque la solidez requiere tiempo, sobre todo cuando hay más de medio equipo nuevo. Hay también que contextualizar, sólo van dos semanas de campaña y los tiempos urgentes en los que se viven, en los que se quiere todo para ayer y no para mañana, precipitan conclusiones y juicios. Es bueno que se vayan incorporando jugadores, que Casimiro tenga dónde elegir cuando mire al banquillo. Que Avramovic pueda engancharse, que Elegar coja confianza, que Jaime termine de estabilizarse o que Rubén Guerrero siga con esa ilusionante evolución, con peso real en los partidos.