Jaime Fernández ya está en Málaga. Tras ser operado el pasado 7 de mayo en Madrid, una vez se decidió entre todos los estamentos del Unicaja que era lo mejor para subsanar los dolores que tenía en sus tendones de Aquiles, ha regresado para pasar aquí el resto del verano, tratándose con los fisios cajistas y en su casa al lado del paseo marítimo.

Fue una alegría ver al jugador madrileño, que hace una semanas distribuía vídeos sobre cómo trabajaba y empezaba a caminar, andar con normalidad por la pista de Los Guindos. Incluso, aprovechando que estaba allí el material porque los jóvenes estaban trabajando por la mañana, se animó a pegar algún tiro a canasta. Obviamente, con los pies en el suelo y vestido de calle, de manera anecdótica.

Va cumpliendo el madrileño las distintas fases de la recuperación con puntualidad. De primeras se valoró que estaría para noviembre de vuelta, tras 5-6 meses de reacondicionamiento después de que se le limpiaran los tendones que le producían tanto dolor cuando acumulaba esfuerzos. Su último partido, de hecho, lo jugó en la final de Copa, en la que en la segunda parte no pudo ya jugar tras tres partidos en tres días.

Es evidente el peso que tiene en el equipo Jaime Fernández, el jugador más desequilbrante y especial del perímetro cajista, capaz de jugar en dos posiciones. El jugador transmite optimismo y vitalidad y está poniendo todo de su parte para estar listo cuanto antes. Aunque, lógicamente, hay que respetar los plazos para evitar recaídas. La previsión es que se pierda, al menos, el primer mes de competición.