Unicaja

López Nieto, año II

Antonio Jesús López Nieto, en una imagen reciente.

Antonio Jesús López Nieto, en una imagen reciente. / Efe

El pasado 28 de junio de 2021 se produjo el nombramiento de Antonio Jesús López Nieto como presidente del Unicaja. Después de varios meses de interinidad desde que Eduardo García se marchara, después de más de una década en el cargo, a finales de marzo llegaba aquel día el nombramiento oficial. Se cumple este martes un año desde su aterrizaje, aunque su llegada estaba encauzada desde tiempo atrás, de hecho pilotó externamente el cambio hacia la Basketball Champions League, la gran decisión estructural tomada en este tiempo al mando. Suponía renunciar a 20 años de permanencia en la esfera Euroliga, 16 de ellos jugando la mejor competición del continente, y apostar por la FIBA, que anteriormente había seducido sin éxito al club malagueño. En su última comparecencia, el pasado 18 de mayo, defendía que era una decisión acertada.

Ha sido un año deportivamente nefasto, la peor temporada desde que en 1992 se produjera la fusión entre Caja de Ronda y Maristas. Lo que pasa en la pista marca casi todo lo que sucede en un club deportivo, por más que se hagan cosas bien, que se han hecho y no pocas en este periodo, en la gestión de la entidad. Pero queda deslucido por la imagen de la plantilla en el parqué. El aterrizaje se produjo en una situación ideada por el enemigo, con el cambio de dirección deportiva en pleno verano y con una plantilla con nueve contratos en vigor y escaso margen de maniobra. Se optó por la prudencia y por no tomar medidas deportivas radicales, que a posteriori se vio que eran necesarias tras el previo mal final de la temporada anterior. El hecho de firmar por dos años a un entrenador pocos meses antes también retrasó el relevo en el banquillo.

Desde el punto de vista de gestión, ha habido continuidad en el organigrama, con algún retoque. Se quería incorporar la figura de un secretario técnico, Asier Alonso, pero, como informó Sur, la gestión ha sido paralizada por el Consejo de Administración, que no dio el visto bueno al nombramiento. Es un caballo de batalla importante éste. La guerra civil que ha habido entre la Fundación y el Banco, que ha acabado con la salida de Braulio Medel, ha dejado heridas. Entró en la Fundación al mando José Manuel Domínguez, hombre muy de baloncesto que fue consejero y presidente mucho tiempo. Habría que evitar que el club fuera rehén de esas cuitas por el bien de una entidad que ha sido buque insignia como imagen de la financiera. Y que es un transatlántico del deporte malagueño. Hasta ahora tuvo manos libres el presidente para actuar y tomar decisiones más rápidas. Habrá que ver hacia dónde va el derrotero ahora.

López Nieto ha intentado recuperar relaciones con los clubes, de la capital y la provincia, que estaban deterioradas. Ha rendido homenajes a figuras históricas del club, como Alfonso Queipo de Llano, tristemente fallecido poco después, y ha recuperado a Berni Rodríguez y Carlos Cabezas como embajadores para dar empaque a la entidad. Dos malagueños campeones del mundo y ganadores de tres títulos con el club, representantes de la época dorada, para también hacer de enlace con la plantilla. Un esfuerzo por mejorar imagen, en visibilidad en otros campos aunque la afición no ha vuelto tras el covid, que ha dado la puntilla a una tendencia ya previa de desertización de las gradas. Hay un núcleo fiel de 2.500-3.000 abonados que acude regularmente, lejos de épocas pretéritas. No hay mejor campaña de marketing que los resultados y la imagen que ha ofrecido el equipo en las últimas temporadas no invita a acudir al Carpena. Tras el mentalmente durísimo periodo de la pandemia para todos, para sufrir ya están otras cosas.

Es un verano ahora de reconstrucción plena. Ha habido que hacer trabajo ímprobo de despachos para obtener una invitación para la fase previa de la BCL y tener la oportunidad de continuar en Europa. Hubiera sido un palo durísimo no tenerla después del gran paso dado en 2021, pero aún hay riesgo real de perdérsela si no se amarra. Habrá presión desde el primer día de temporada. La decisión fue continuar con Ibon Navarro pese a que, en términos de resultados, se vivió una situación similar a la que se vio con el relevo de Casimiro a Katsikaris. Pero gustó el técnico vitoriano por sus maneras. Es el primer proyecto plenamente con la firma de López Nieto y Juanma Rodríguez, por más que el anterior quedó en el imaginario colectivo en su debe porque eran ellos quienes estaban al mando desde entrado el verano pasado. Comienza, pues, el segundo año al mando de Antonio Jesús López Nieto. 

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