Luis Conde, la vida tras el baloncesto y un Mundial sub 17
Fue el único malagueño en disputar el evento que ahora acoge la provincia, en la primera edición de 2010
Se retiró con 21 años para dedicarse a la Medicina, su otra pasión
Dos carrera y un balón
Luis Conde (Málaga, 1993) es el único jugador malagueño que ha disputado un Mundial sub 17 como el que comienza en la provincia este sábado. Disputó la primera edición, la de 2010, en Hamburgo. Aquella generación fue campeona de Europa sub 16 y sub 18 y bronce sub 20, pero en aquel Mundial no tuvo fortuna. "Nos eliminó una canasta en el último segundo de Australia y no pasamos a cuartos. Entonces eran dos grupos de seis y pasaban cuatro, no como ahora que no hay eliminados", relata desde Zaragoza el que fuera escolta malagueño.
Allí, a la vera del Ebro, completa Conde la residencia durante cuatro años tras cursar los estudios de Medicina, que acabó en siete años. Se especializa en rehabilitación y su pasión es la traumatología. Pretende orientarse profesionalmente hacia el deporte, lo que fue su vida desde su juventud, estudios y baloncesto. En 2023 acaba y su idea es regresar a Málaga. Es un buen ejemplo de que se puede triunfar en la vida aunque en el deporte no se brille a nivel profesional.
Con 21 años, Luis Conde había debutado en el primer equipo del Unicaja y jugaba en el Clínicas Rincón en LEB Oro mientras estudiaba en la UMA. Pero sentía que no le daba la vida para progresar en el baloncesto y los estudios. "Hay gente que ha podido hacerlo, sacar carrera sin dejar el baloncesto. Pero ya notaba en cada curso que me costaba y era más duro, que no llegaba. Una de las grandes enseñanzas que me dejó el baloncesto es la disciplina, la organización. Estructurar el tiempo, intentar llegar a todo. La otra es el compañerismo, compartir en equipo. Yo recomendaría siempre el baloncesto a cualquier niño porque transmite experiencias que sirven para toda la vida", reflexiona el malagueño, que no se arrepiente de la decisión que tomó: "Yo tenía claras las prioridades, quería intentar sacar la carrera. Tardé un año más al final, pero lo conseguí. El baloncesto me sirve aún de mucho, pero entonces tenía clara la elección".
De aquella edición del Mundial de 2010, la primera, Luis Conde recuerda que no se jugó contra Estados Unidos, donde destacaba un Bradley Beal que era "un espectáculo", pero sí contra una Canadá, bronce al final, con Andrew Wiggins, flamante campeón de la NBA ahora con los Warriors, Anthony Bennett (los dos fueron después número uno del draft) y Kevin Pangos. "Eran un equipazo. También estaba Polonia, que fue subcampeona, con la mejor generación que le recuerdo. Estaban Ponitka, Gielo, Michalak, Karnowski... Había jugadores que llegaron después en cada equipo. De España hay varios asentados en ACB, como Jaime Fernández, Dani Díez o Álex Suárez, Lluís Costa ha subido ahora con Granada, Mikel Motos, Julen Olaizola y Jorge Sanz están en LEB. Después en la sub 18 entraron Guillem Vives y Álex Abrines, ahí ya no me escogieron y sí volví en la sub 20. Entraron también algunos del 94, como Willy Hernangómez o Sebas Saiz", rememora el ahora doctor Conde. La generación entrará el año próximo en la treintena. Sólo otro andaluz, Ricardo Pámpano, con problemas en los hombros, también se retiró del baloncesto de aquel grupo.
Hay una curiosa circunstancia. Y es que Luis Conde acudió como médico a la llamada de la Federación Española durante un par de veranos. En 2018 estuvo con las selecciones sub 13 y sub 12 en Guadalajara. Y allí estaba la generación que ahora va a competir en Málaga en el Mundial. "Recuerdo que era un grupo de calidad, que ya se hablaba entonces de que había buen nivel. De Málaga estaban Folgueiras, al que me he cruzado alguna vez por la calle en Málaga y ha pegado un gran cambio, y Rubén Vicente. También estaba entonces Álvaro Fernández [sigue también en el equipo junior del Unicaja]. Espero que les vaya lo mejor posible", dice el malagueño, que aconseja a los chavales "disfrutar de todas las cosas. De cada minuto en la pista, de cada entrenamiento, de cada rato en el hotel. Son momentos que nunca vuelven. Te vas a cruzar con jugadores que después estarán en la NBA, vas a ver distintos estilos. Es un escalón más que el Europeo. Igual no te impresiona tanto jugar con Francia o Serbia aunque sean equipazos, pero no estás acostumbrado a jugar con americanos, Argentina, africanos o incluso los asiáticos".
Son los recuerdos y enseñanzas del único malagueño que jugó el Mundial sub 17. Le tomará el relevo Álvaro Folgueiras, que también se inició, como él, en el CB El Palo. También estará otro paleño en el banquillo, Chiki Gil, que dirigió a ambos. El baloncesto no fue la vida de Luis Conde después, pero le dejó huella. Y también enseña a los chavales que hay futuro en la vida aunque no se consiga ser profesional.
No hay comentarios