Unicaja

Prólogo a lo desconocido

  • A una semana de la precampaña, el Unicaja espera a parte de la plantilla y la otra trabaja en Los Guindos

Deon Thompson en un entrenamiento en Los Guindos.

Deon Thompson en un entrenamiento en Los Guindos. / unicaja b. photopress

El tercer curso baloncestístico consecutivo de Luis Casimiro en el banquillo del Unicaja será un pequeño viaje a lo desconocido. La incertidumbre de cada temporada se hace pequeña ante la próxima campaña y a justo una semana para que llegue el día previsto para empezar a trabajar al completo, en Los Guindos parte de la plantilla del Unicaja ya se ejercita por su cuenta. El resto, que también tiene un plan físico vacacional, irá llegando a lo largo de esta última semana. Es el prólogo a la segunda competición más extraña de la historia reciente del baloncesto.

Sin presentación alguna, ni campaña de abonos, sin saber si habrá público en las canchas o cuándo podrá entrar, sin un número cerrado de equipos para la ACB –la reclamación del Guipúzcoa Basket sigue sobre la mesa– ni más fichajes a la vista, los malagueños afrontan un curso extraño, aún con el raro sabor de boca que dejo la peculiar fase final disputada en Valencia, que le acabó dando la gloria al Baskonia contra pronóstico.

El día 11 es el previsto para la vuelta a los entrenamientos, Casimiro tendrá apenas 40 días antes de volver a competir. En el camino las dudas sobre los lesionados de larga duración: Jaime Fernández y Dragan Mirosalvjevic y los contratiempos de cada pretemporada en las que suele ser complicado que no se tengan percances propios de la vuelta al trabajo. Con todo, el conjunto andaluz parece tener claro el camino que debe seguir en el primer tramo de la temporada.

Tiene, además, otro ingrediente que no es muy común a estas alturas del verano: la plantilla está cerrada. Abromaitis es la única cara nueva con respecto a la recta final del último campeonato. Sobre la versatilidad de Deon Thompson descansan las supuestas necesidades de un center más para el plantel. De momento, está descartado. Mientras casi todos los equipos buscan la manera de reponer sus plantillas y adaptarlas a los nuevos parámetros de la competición, el Unicaja ya ha hecho los deberes. Es un punto de estabilidad que no deja de ser poco usual a estas alturas de verano, con piezas de Euroliga aún por encontrar su sitio.

Falta también que la ACB termine y comunique los protocolos para el arranque de la competición y que, además, se zanje el asunto que del ascenso que el Guipúzcoa ha puesto sobre la mesa con documentos judiciales incluidos. Todo se arreglará en menos de un mes y, salvo sorpresa, el balón volverá a botar en las canchas vacías en la competición ibérica y también en la Eurocup

Pero a medida que se aproxima el trabajo obligatorio, las instalaciones de Los Guindos ganan efectivos. En las últimas semanas, junto a los principales jugadores de las categorías inferiores se ejercitaban algunas piezas del plantel de Casimiro. Ayer, además de los lesionados de larga duración Jaime Fernández y Dragan Mirosaljevic hubo cinco elementos trabajando junto al cuerpo técnico: Alberto Díaz, Francis Alonso, Rubén Guerrero, Carlos Suárez y Deon Thompson. Todos tratan de pulir puntos débiles de entrar poco a poco en la forma mientras las repeticiones van ampliando los respectivos catálogos de movimientos que cada uno tiene. Van escribiendo, poco a poco, el prólogo de un viaje a lo desconocido.

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