Regocijo y bandera (18:00)

Qué larga se ha hecho la espera. Dos semanas donde parecía no correr el reloj, suelen generar hastío estos parones de selecciones, este último un suplicio por el gozo vivido con el Unicaja en Badalona, lo agradecieron seguro los campeones de Copa, reconocidos ya como héroes en una ciudad que ha caído rendida, y queda aún lo mejor, eso que el listón quedó por las nubes con el recibimiento en el aeropuerto, las calles de Málaga pintadas de verde o un reconocimiento a los malagueños a todos los niveles. Esta Copa va a ser la del Unicaja para la eternidad.

Lo que se va a vivir esta tarde en el Carpena superará todo lo demás. Se prevé un ambiente sin precedentes, irrepetible, por cómo de especial ha sido esta Copa, la mayor gesta del club en su historia, y los aficionados cajistas tienen muchas ganas de volcarse. Desde hace una eternidad no quedan billetes, volaron las entradas una vez levantado el trofeo en el Olímpic. Van a faltar ojos, no ilusión, para estar atento a todos los atractivos que se presenta en la jornada.

Un reportaje de quince minutos que se emitirá a las 17:35, para los tardones que suelen apurar su llegada, y justo después se izará esa quinta bandera, incomparable al póker restante. ¿Quién se habría imaginado hace unos meses que había que hacerle hueco? Un servidor aún no se explica todo lo que ha pasado en las últimas semanas, ya es hora de asimilarlo. Que la gente disfrute y estruje ese momento, esto última suena a sesión de coaching, pero como decía Ibon Navarro este viernes. “El equipo se ha ganador disfrutar”. La gente, también.

Y después de todo el júbilo y éxtasis, jugar un partido de baloncesto, con los sentimientos a flor de piel y un contexto que no es muy halagüeño para ver una buena versión del Unicaja. Es imposible chafar ese ambiente festivo, pero es una trampa de compleja salida; ha sido uno de los temas más comentados de la semana, el ver cómo será capaz el equipo de hacer esa transición. Ante un Bàsquet Girona que genera respeto, de los mejores equipos de 2023, no se puede menospreciar a Marc Gasol y compañía, en una línea ascendente, ya habiendo ahuyentado la zona de descenso desde hace semanas, duodécimos con un balance de 8-12, muy distinto seguro a lo que se encontró el Unicaja en Fontajau. Además de Gasol, gente de nivel como Quino Colom, Pato Garino o uno de los mejores anotadores de la Liga como Kameron Taylor, un bloque peligroso, imprevisible, ya con la firma del eterno Aíto.

Todos sanos en el Unicaja, salvo Djedovic y Lima, seguro que estarán apegados al banquillo por nadie quiere perderse la fiesta, con Sima ya recuperado. El primer paso en un calendario que da sudores fríos, pero piano a piano. Lo primero es saborear esa Copa en el Carpena, ya habrá tiempo y margen para preocuparse de problemas. A disfrutarlo.