Resultado y crónica del Unicaja - Buducnost

El Unicaja otea el camino (83-70)

  • Aún con carencias y alguna desconexión, el equipo cajista logra su primera victoria de la temporada ante el Buducnost y gana confianza en un partido que debió masticar bastante

Jaime Fernández intenta marcharse de la oposición de Nikolic.

Jaime Fernández intenta marcharse de la oposición de Nikolic. / Javier Albiñana

El Unicaja amarró una victoria muy necesaria en el arranque de la Eurocup ante el Buducnost (83-70). La forma fue ideal. Hubo que sufrir, encontrar soluciones para tumbar a los montenegrinos y masticar un partido no sencillo. Era vital cambiar la dinámica tras dos primeros partidos deficientes y dubitativos en la ACB y el equipo de Luis Casimiro fue in crescendo tras un inicio malo para acabar con vigor y sintiéndose mejor que 40 minutos antes.

Sin olvidar de que se parte de un estado más bajo de conjunción y progreso del que se esperaba, la mejoría respecto al sábado anterior fue evidente. Hubo algo más de continuidad, momentos con brillo ofensivo y una cantidad apreciable de minutos consistentes en defensa. El camino para crecer ya se vislumbra. Y con un triunfo todo parece menos urgente.

No obstante, nuevamente los problemas en el rebote (4-15 en 10 minutos) condicionaron un primer cuarto en el que concedieron demasiados puntos (18-25). La inconsistencia en un problema evidente del equipo. Se encadenaban una gran defensa que hacía agotar la posesión rival con otra en la que se concedían varios rebotes o una canasta fácil. Vivía el Unicaja en ataque de Gerun, de sus continuaciones que no eran bien leídas por los rivales. Sumaba el ucraniano 12 de los primeros 14 puntos cajistas. Los otros dos de Thompson, no producían los exteriores.

Los déficits del Unicaja le lastraban. Se percibía una mejor circulación de bola, pero sin acierto exterior en el primer cuarto. Cambió, sin embargo, la tendencia en el segundo. Encestó seis. La realidad es que en el baloncesto moderno hay pocas opciones de ganar si no se tiene un porcentaje decente en el tiro exterior. Fueron claves dos de Carlos Suárez. Uno para desatascar, tras bote, cuando no se encontraba aro. Otro, para empatar el partido (31-31).

Casimiro decidió rebajar el quinteto, colocando en pista a la vez a Alberto Díaz, Jaime Fernández y Avramovic. Las prestaciones de Ejim y Waczynski no eran muy allá (el canadiense perdió un par de balones y se marchó con un buen enfado al banquillo) y optó el manchego por una solución que no será extraña. Intentó crear más espacios. Y fue defensivamente cuando reaccionó el equipo. Avramovic tocó tres balones, recuperó uno y el Carpena se animó más. Se sumó Josh Adams, que salió con la misma estructura de tres bajitos y metió tres triples. Hay que potenciar sus cualidades y reducir sus defectos. Tiene llamaradas anotadoras exuberantes. Sus cortocircuitos o despistes defensivos enervarán, pero puede ser un jugador diferencial en contextos concretos.

El Unicaja siguió con el aire a favor tras el descanso (48-42). Casimiro colocó de salida a Ejim, buscando que el canadiense ganase confianza. Barrió un balón en el aro propio y le dio una buena asistencia a Gerun. Dos triples de Adams más, los dos con su punto de locura, daban la primera ventaja por encima de los 10 puntos (58-47) al Unicaja, que mostraba más continuidad, sobre todo defensiva. Era capaz de cerrar el rebote con más solidez y eso permitía correr. Esta versión beta si gustaba más y el Carpena, algo apagado en la primera mitad, rápidamente lo detectaba y se volcaba. Con 67-59 se llegaba al final del tercer cuarto, tocaba rematar la faena ante un Buducnost en el que su perímetro titular, Cobbs y Bamforth, eran sus principales martillos.

Gestionó bien los minutos finales el Unicaja,con el colchón de seguridad que se creó defensivamente, negando vías de penetración y de tiros cómodos. Subió sus prestaciones Elegar, algo perdido en los dos primeros partidos. Se sintió más cómodos y tuvo un impacto evidente atrás, tanto cerca del aro como protegiendo la defensa del pick and roll rival. Con seriedad, el Unicaja se acercó a la frontera de los 20 puntos y hasta ganó el rebote (29-27) por primera vez para sentenciar un partido que necesitaba como el comer. Viene un pico exigente el domingo en Vitoria. Se viajará con un poco más de seguridad.

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