Quedan tres piezas para completar la plantilla del Unicaja 2019/20: un base, un escolta y un ala-pívot. Y una de ellas tiene papeletas para ser ya conocida. Es la de Sasu Salin, que tras dos temporadas en el club puede prolongar su etapa. Se viven horas decisivas para que se haga la operación.

El próximo viernes acaba el plazo para que los clubes sometan al derecho de tanteo a los jugadores sobre los que quieren mantener sus derechos, sea para renovarlos aunque haya divergencias económicas o para tener preferencia si regresan a la ACB. La predisposición de Salin es total para quedarse, aunque lógicamente tendrá que mirar por su futuro si el Unicaja no ejecuta.

"Estoy feliz aquí y si me ofrecen un contrato, renovaré”, fueron las últimas palabras de Salin antes de marcharse. Casimiro avala que Salin se quede. Entiende que es un jugador con unas características difíciles de encontrar en el mercado a un precio asequible. No es un jugador para nada caro, siempre da unos mínimos cada vez que está en pista, sea en competición o entrenamiento. Y tiene puntualmente esas rachas de tiro que desatascan.

Las evidentes limitaciones de Salin para el bote o la creación deben asumirlas otras compañeros. En la configuración de plantilla, Alberto Díaz será base con otro de los fichajes que debe elevar el nivel, Jaime puede hacer las dos posiciones y Avramovic parte como escolta también pero con capacidad para generar juego. Salin sería un perfil más específico, con un rol más defensivo. El nombre de Francis Alonso seduce, pero las dos partes ven más apropiado un año fuera de Málaga en su regreso a España.

Falta cristalizar el acuerdo, Salin espera la oferta por escrito del club. Esta semana hay un Consejo de Administración. La semana pasada hubo otro en el que el asunto de la marcha de Carlos Jiménez fue el que mandó. También está pendiente la oficialidad de Volodymyr Gerun, cuyo fichaje está pactado desde semanas atrás