Los mejores años de la historia del Unicaja fueron con protagonismo de jugadores malagueños y canteranos. Sucedió en el mítico subcampeonato (Nacho Rodríguez, Dani Romero, Curro Ávalos, Gaby Ruiz...) después en el trienio dorado a las órdenes de Scariolo (Berni y Cabezas más la aportación deportiva y económica de Fran Vázquez) y en el último título, la Eurocup de 2017, con Alberto Díaz como MVP. Es una realidad que se tiene presente en la planta noble del Unicaja.

Esta temporada hubo dos malagueños en el plantel, el propio Alberto Díaz, y Rubén Guerrero. Ambos forman parte de ese ilusionante bloque nacional que se ve como pilar sobre el que ir añadiendo piezas de calidad para pensar en grande. Y ambos tienen contrato hasta 2021, el siguiente verano. Francis Alonso, otro canterano en perspectiva de tener presencia en el primer equipo, Jaime Fernández, con ficha mejorada y cláusula subida el pasado verano, y Carlos Suárez, tras su reciente renovación, poseen vínculo hasta 2022 y Darío Brizuela, fichado esta temporada, hasta 2023. También Bouteille tiene contrato hasta 2022.

Y el Unicaja tiene previsto concretar la ampliación del base y el pívot en las próximas semanas. Con la estructura de plantilla prácticamente hecha, a falta de dos o tres decisiones fundamentales, y con la decisión de seguir contando con Luis Casimiro al mando del equipo, hay tiempo para seguir pensando en el futuro. Y se considera a Alberto Díaz y Rubén Guerrero piezas importantes en él. Aún jóvenes (26 y 24 años), con los mejores años de su carrera por delante, no es sencillo que jugadores de la cantera se instalen en nivel ACB. Díaz lo hizo tras cesiones en Bilbao y Fuenlabrada, usando al Clínicas Rincón como puente tras el final de la etapa junior. Guerrero, tras un master de seis temporadas en Kansas, Florida y Alabama.

Alberto Díaz renovó por cuatro temporadas despúes de ese MVP de la Eurocup, hasta 2021. Ha habido conversaciones preeliminares con su agente, Arturo Ortega, que ahora deben concretarse. Icono del club, bandera en momentos complicados, en las dos últimas temporadas ha tenido problemas físicos que no le han dejado tener la continuidad deseada. En la fase final de la ACB dio buen tono, con esa gran actuación ofensiva en el duelo ante el Baskonia que no pudo tener el fruto del triunfo. Se trabaja en un contrato largo de varias temporadas.

Mientras, Guerrero ha vivido su primera temporada completa en el profesionalismo después de acabar su etapa universitaria. Casimiro le dio cancha y sembró para que en febrero y lo que se jugó de marzo rayara a un gran nivel, lo que le hizo acreedor a su debut oficial con la selección española. No ha mostrado el mismo nivel en esta fase final, pero existe la confianza en que pueda tener más regularidad con más experiencia. Sus cualidades son cotizadísimas en el baloncesto actual y se trata de optimizarlas. Con su agente, Juan Lasso, hay contacto por otros jugadores (por ejemplo Waczynski) y ahora toca afrontar esa ampliación.