Poco antes del final de los 40 minutos ante el Joventut de Badalona, Alberto Díaz era eliminado por faltas. En un gesto inusual en el canterano del Unicaja, siempre deportivo y con los mejores valores del baloncesto por bandera, pegaba una patada y daba golpes a la grada posterior al banquillo cajista, frustrado y enfadado. Había jugado 20 minutos y había sido eliminado. Es cierto que es un jugador intenso y agresivo, pero es evidente que se le mira con distinto rasero de un tiempo a esta parte, la amenaza de técnica es frecuente cuando intenta forzar una falta de ataque. Las palabras de Plaza en Sevilla, sin nombrarle explícitamente, generaron polémica meses atrás. El técnico del Betis, que tiene muy cerca la salvación de su equipo, habló tiempo después y quiso aclarar lo que dijo. Pero la matrícula está tomada por los árbitros al malagueño.

Alberto Díaz está jugando con una rodilla bastante maltrecha, con dolores constantes y acaba los partidos derrengado. Pero en estos momentos en los que el equipo cajista, el club en general, está con zozobra no quiere bajarse del barco y sigue apretando los dientes para aportar su granito de arena. Katsikaris ya mandó un mensaje de protección sobre su jugadores en su día y volvió a repetirlo tras el duelo ante el Joventut.