Unicaja Baloncesto

Con Alberto Díaz se vive mejor

  • La aportación numérica e intangible del malagueño, un soplo para el tramo final de temporada

Alberto Díaz saluda a sus compañeros.

Alberto Díaz saluda a sus compañeros. / ACB Photo / M. Pozo

“¡Cómo te hemos echado de menos, Bicho!”. Quizá el efusivo mensaje de Carlos Suárez tras el partido ante el Joventut es la definición más certera de lo que aporta Alberto Díaz al Unicaja. “El Bulldog Alberto”, le definía Jamar Smith en una entrevista meses atrás en este periódico cuando rememoraba el título de la Eurocup antes de jugar en Málaga con el Unics de Kazán y la importancia del malagueño. “Se nota muchísimo que ha vuelto Alberto, ayuda tanto en defensa...”, afirmaba Dani Díez tras el duelo ante los verdinegros. Luis Casimiro amplificaba el mensaje con Jaime. “Con todos es otra cosa”, remataba.

Con Alberto se vive mejor, en suma. Han bastado sólo dos partidos, el de su regreso en Zaragoza y el del Joventut, para recordarlo. Su impacto en la pista es muy positivo, en los dos lados de vista. El club aportaba datos concretos de su exhibición ante los catalanes. En los 21 minutos y 13 segundos que Alberto estuvo en la cancha el Unicaja ganó por 35 puntos al Divina Joventut. Este dato es el mejor de la historia de un jugador del Unicaja con 21 minutos disputados en un partido. A nivel general es el tercero mejor de la historia de la entidad en este apartado, que se mide desde hace algo menos de una década. Los dos que le superan son Vladimir Stimac y Nik Caner-Medley, en sendos partidos que se ganaron en la temporada 2013/2014 por gran hueco a un Valladolid que estaba casi sin vida en esa temporada.

En este apartado estadístico suelen descollar jugadores concretos en partidos que se ganan por una diferencia bastante amplia. Alberto aparece en cuatro ocasiones entre los 11 primeros puestos. Waczynski, Edwin Jackson, Calloway, Dani Díez y Fran Vázquez son otros jugadores, ninguno repite, que están en ese listado.

Números aparte (63 puntos fue la menor anotación recibida de la temporada, igualada con lo recibido ante el Obradoiro, para sumar 67.5 de media en los dos últimos partidos), la incorporación de Alberto es una pieza diferencial en el entramado defensivo. Desde la actitud que atosiga al rival hasta el efecto contagio al resto de los compañeros pasando por su impagable lectura de ayudas. En estos dos partidos ha recuperado siete balones y ha causado algunas pérdidas más. Tecnyconta y, sobre todo, Joventut (18 bolas perdidas, por encima de sus 14.6 de media) extraviaron más bolas de las habituales.

Se atisba, para hacer justicia con el resto del equipo, una mejora en esa parcela en las semanas anteriores, hay ya una línea de los seis partidos últimos (desde que se recibieron 101 ante el Alba en Málaga) en los que se encajan 71.8 puntos por encuentro. Una mejoría que con Alberto se acelera de manera evidente. Su conjunción en pista con Carlos Suárez y Jaime Fernández ya propició momentos devastadores de juego y de parciales favorables cuando el equipo estaba más redondo en los primeros meses de temporada. Se repitió esa escena a caballo entre el tercer y el último cuarto ante el cuadro catalán, momento de la tormenta perfecta con la que sentenció.

Renovado hasta 2021, convertido en icono para la afición, que le despedía con gritos de “MVP” en su primer partido en Málaga de 2019 a causa de las lesiones, el regreso de Alberto ejerce un efecto revitalizador de cara al tramo final de la temporada cajista. Con él se vive mejor.

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