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Unicaja - Real Madrid: La derrota casi perfecta (81-87)

Osetkowski se lamenta tras el partido. Osetkowski se lamenta tras el partido.

Osetkowski se lamenta tras el partido. / Carlos Guerrero

No existe la derrota perfecta, pero entiéndase el titular. El Unicaja demostró una vez más que está para competir con los mejores equipos de la ACB, ha ganado a todos los de Euroliga esta temporada. El Real Madrid tuvo que mostrar una gran versión, también el lado algo macarra de una parte de la plantilla que protesta absolutamente cada falta (aunque se le hayan señalado sólo ocho tras 30 minutos de partido y Tavares y Poirier acaban limpios). El mejor equipo de Europa tuvo que bajar al fango para ganar en el Carpena ante un Unicaja que le exigió, que se vio fuerte, que supo sufrir, también disfrutar por momentos. El liderato al final de la temporada regular se complica, pero la segunda plaza está bien atada, con cuatro victorias de margen con nueve partidos por jugar. Es también un toque de atención colectivo la derrota, lo normal es perder contra este equipo. Y mejor seleccionar las balas para derrotarlos, siempre jugando y respetando la filosofía.

No obsta para que fuera amargo porque tras sufrir en el primer tiempo, el segundo fue de muchísimo nivel. El Unicaja entró en los últimos 90 segundos con tres puntos de ventaja y perdió por seis. El arbitraje fue bastante polémico, encendió al Carpena. Atacaba el Unicaja para empatar o ganar y Pérez Pizarro, un habitual en la crónica arbitral negra del equipo malagueño, y sus acólitos se tragaron el pito cuando Campazzo hostigó a Carter hasta que el americano resbaló. Hay que hacer esa autocrítica también, más allá del arbitraje. No se jugó bien ese minuto y medio final. Se concedieron dos dos más uno cuando había dos faltas por hacer sin entrar en el bonus. El Madrid subió aún más su nivel defensivo y faltó un punto de lectura y tino en ataque. Es el nivel más alto que hay en Europa. Pero tampoco puede pararse Kameron Taylor, con el average empatado, y no atacar el aro porque ya se viera el encuentro perdido, con lo que queda igualado (81-87 aquí, 93-99 en Madrid).

Alocén, Díaz y Yabusele. Alocén, Díaz y Yabusele.

Alocén, Díaz y Yabusele. / Carlos Guerrero (Málaga)

Sin poder imponer su ritmo durante gran parte del choque, con la baja de partida de Djedovic y con la de Perry durante el partido tras apenas dos minutos en pista por espasmos en su espalda, el Unicaja compitió de tú a tú. En el primer tiempo fue a remolque. Alberto Abalde, por el que pasan las temporadas sin que rompan en ese jugador que se adivinaba (camino de los 29 años), colaba tres triples y le daba ventaja al Madrid (10-20, tiempo muerto de Ibon). También buenos minutos de Alocén, felizmente de vuelta al baloncesto de alto nivel tras romperse hace dos años en las mismas tablas del Carpena. Poco a poco, el Unicaja fue carburando. Osetkowski, tremendo, había aguantado en el partido al equipo con sus triples y creando juego. También Kameron Taylor, enorme. El partido se movía entre los cinco y 10 puntos de renta para los blancos, con el ritmo que el Madrid pretendía, sin poder apretar el Unicaja. El rebote costaba muchos puntos, los grandes del Madrid eran capaces de machacar rebotes saltando desde fuera de la zona. Es un nivel físico estratosférico en Europa. Daños limitados al descanso (40-48).

El tercer cuarto del Unicaja fue magnífico. Liderado por un Alberto Díaz integral, impactando en los dos aros y en todos los segmentos del juego, también con dos triples. Con Osetkowski perforando. En pocos minutos, los de Ibon Navarro volteaban el partido y adquirían la primera ventaja (54-52). El duelo estaba en el alambre. Dzanan Musa era el hombre al que Chus Mateo le daba el balón. El bosnio era muy agresivo atacando el aro rival y metía puntos y generaba juego. Repelía un fenomenal Yankuba Sima, tras un inicio algo dubitativo, con ocho puntos seguidos para entrar empatados en los últimos 10 minutos.

Ahí la tensión se cortaba, era un duelo de play off, ojalá el sexto partido de una hipotética final. El Unicaja trabajó bien, con Ibon teniendo que hacer cambios en el excel por las bajas en el juego. Quizá faltó un punto de agresividad para atacar el aro, pero es difícil con las torres rivales. Se circuló bien la bola y se salieron de dentro dos triples. Y, aun así, tras gran jugada de Osetkowski y pase a Kravish, el Unicaja entraba antes del tiempo muerto de Chus Mateo con ventaja en el minuto y medio final (81-78). El parcial final del Madrid fue de un 0-8, con polémica arbitral incluida. Si se vuelve a jugar contra el Real Madrid la temporada será un éxito.

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