Unicaja

El Unicaja clarifica el mapa de la plantilla 2021/22

  • El club confirma que habrá ocho nacionales más Nzosa en el plantel de Katsikaris

  • Además, Bouteille y Abromaitis tienen contrato aunque su continuidad no es segura 100%

Darío Brizuela, Carlos Suárez, Jaime Fernández, Alberto Díaz y Rubén Guerrero.

Darío Brizuela, Carlos Suárez, Jaime Fernández, Alberto Díaz y Rubén Guerrero. / Javier Albiñana

"El Unicaja contará con hasta ocho jugadores nacionales para la próxima temporada en el primer equipo". Una noticia publicada en la web del club ratificaba gran parte la composición de la plantilla 2021/22 y encerraba afirmaciones que, después de la incertidumbre generada desde que hace tres meses con la salida del presidente Eduardo García y varias decisiones que hacían vaticinar un descenso en el nivel de la plantilla, suenan bien. Siempre a expensas de cómo se confeccione el resto de la plantilla para no repetir los errores en las últimas planificaciones.

Habrá que compensar la plantilla en otras posiciones, pero el club no ha ejecutado, como ya se publicó, las opciones de salida que tenía sobre Francis Alonso y Rubén Guerrero, que seguirán en la plantilla una temporada más y con los que se ya se tratará más tarde su ampliación de contrato. Ambos firmaron un contrato con cantidades ascendentes cuando en 2019 regresaron desde Estados Unidos tras su periplo NCAA, pero siguen siendo de zona baja en la escala salarial.

Con Jaime Fernández y Darío Brizuela, dos jugadores internacionales y con fichas más elevadas, el propósito declarado es también contar con ellos, con contrato hasta 2022 y 2023, respectivamente. Ya se habló la temporada pasada del encaje que pueden tener con Francis Alonso más Alberto Díaz en la posición de base. Equilibrar plantilla y roles es el reto, pero la intención del club es fortificar la base nacional, como ha sido la declaración de intenciones con el fichaje de Jonathan Barreiro. Tienen más opciones de salir Axel Bouteille y Tim Abromaitis, aunque sin perder dinero y, menos, reforzar a rivales directos. Pero el verano es largo.

Los dos capitanes, Carlos Suárez y Alberto Díaz, también están en este listado de ocho. El primero afronta un año capital en su carrera. Con 35 años, se ha perdido un 40% de los partidos en las tres últimas temporadas por lesiones musculares, porcentaje mayor en el último ejercicio. Se ha hecho pruebas de todo tipo y ha experimentado varios tratamientos para encontrar soluciones, pero cuando ha forzado se ha roto. Ha sido un problema recurrente. Tiene una temporada más opcional en 2022. Alberto Díaz, mientras, ha mejorado bastante de sus problemas de rodilla que le hicieron jugar mermado en el tramo final de Liga.

También se nombra explícitamente que Pablo Sánchez, descartado para jugar el Mundial sub 19 tras un par de problemas físicos, estará en la órbita del primer equipo. Hay quien piensa en el club que sería más conveniente una cesión, ha habido equipos de LEB Oro que han preguntado por su situación. Pero, de primeras, formará parte del núcleo de trabajo de Fotis Katsikaris. No hay que olvidar la figura de Yannick Nzosa, que vivirá su segunda temporada en la élite. Muy mejorado de la pequeña fractura que tuvo en el pubis y que le impidió acabar la temporada, la idea es que viaje a Los Angeles en las próximas semanas para un campus con su agencia de representación.

Serían, contando a Barreiro, cuatro nacionales más cinco canteranos en la composición de la plantilla contando con 13 jugadores. También Abromaitis y Bouteille tienen contrato un año más, aunque concurren las circunstancias anteriormente mencionadas. Tienen vía libre para salir, tienen los contratos más altos del plantel firmados, pero de momento no están próximas esas marchas. Quedarían dos fichajes sí o sí, un exterior y un interior. Incluso, en función de cómo se elabore el presupuesto en función de salidas y cómo quede la asistencia de público, podría haber un tercero (sin contar las hipotéticas marchas).

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