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La dicotomía cajista

  • El Unicaja contrapone números ofensivos y defensivos, en los que se sitúa entre los mejores y los peores respectivamente

  • Destaca la problemática del físico: pocos rebotes, robos y faltas

Lessort, Wiltjer y Shermadini chocan manos.

Lessort, Wiltjer y Shermadini chocan manos. / Javier Albiñana

En momento de crisis, sobresalen aún más los problemas del Unicaja. Se dejaron ver en la eliminación copera y también en Eurocup. Más allá de las decepciones y lo que implican para los objetivos del equipo, la temporada en ACB está siendo sólida. El equipo es sexto, pero empata con quinto y cuarto con 14 victorias y nueve derrotas. No se ha caído por tanto de esa carrera, tiene mucho que ver el inicio fulgurante de temporada, en el que el baloncesto del equipo divertía y sacaba resultados. Ocurre que sus defectos pesan y se acentúan en los últimos tiempos, dando lugar a números contrapuestos que hablan por sí mismos del dónde y los porqués del equipo de Luis Casimiro.

Estadísticamente, el Unicaja es un blanco y negro constante entre ataque y defensa. Términos amplios y distintos que sin embargo no pueden ir desligados en un equipo. Si el equilibrio se rompe, el juego también. Y eso es lo que ocurre a veces en la lucha que mantiene contra sí mismo el cuadro malagueño. Mientras es el tercer mayor anotador de la Liga Endesa, solo por detrás de Barcelona y Real Madrid con un promedio de 86.04 puntos, encaja 84.39 por partido, lo que lo sitúa como la cuarta peor defensa de todo el campeonato.

Los de Casimiro son el tercer mayor anotador (86.04) y el cuarto que más puntos encaja (84.39) de la ACB

Profundizando, la contraposición ocurre en aspectos troncales del juego. Por un lado, el Unicaja es en consecuencia de lo anterior uno de los mejores en el tiro, porque lanza mucho y con acierto. Así las cosas, tiene el segundo mejor registro en triples (37.9%) y el tercero en tiros de dos (56.7%), y esa falta de ideas y juego colectivo que ha acusado recientemente no ha sido así en el global, porque el conjunto malagueño es cuarto en asistencias (17.78).

El Unicaja ha sido y es un equipo que si puede correr y buscar buenas situaciones de tiro es letal. Es bueno en manos, pero si ha habido un problema reseñable en la plantilla desde pretemporada es la falta de físico. El tiempo ha acabado dando la razón, y las lesiones de jugadores como Carlos Suárez y Alberto Díaz han mermado registros que son de pura entrega.

Es el caso del rebote, donde a nivel global, el cuadro cajista es el quinto peor de la ACB (32.91), solo por encima de equipos como el Delteco GBC (colista), Obradoiro, Tenerife y Montakit Fuenlabrada. Es el sexto peor en capturas defensivas (22.9), y en el ofensivo, punto que fue determinante en otras temporadas –sin ir más lejos la anterior se promediaron 11.9, registro que hoy sería el mejor de la ACB– se cae hasta los 9.96, noveno de la Liga.

La falta de físico ha acabado saliendo a la luz y las lesiones de jugadores como Suárez o Alberto han perjudicado

En este aspecto llama la atención que un jugador como Shermadini, de 2.17 metros de altura, sea el máximo reboteador del equipo con apenas una media de cinco por partido en ACB. Y Wiltjer, muy criticado por el público, representa perfectamente esa contraposición de ser un jugador que numéricamente luce –es el segundo mayor anotador del equipo con 11.3 puntos y un 40% en triples– mientras sus sensaciones en cancha son radicalmente contrarias.

No afecta esto solo a los hombres grandes. El rebote es una tarea global muy relacionada con la actitud y la energía del equipo, igual que cuestiones como los robos o incluso las faltas, que bien administradas denotan intensidad y saber leer situaciones. Si bien el equipo no está entre los peores en pérdidas, es el séptimo que menos balones recupera (6.39) y el que menos faltas hace (18.09). Y de igual modo, teniendo un jugador intimidatorio por músculo y agresividad como Lessort, el de Casimiro es el equipo que menos tapones realiza sobre sus rivales (1.35). Todos, contrastes para un desequilibrio que desemboca en el Unicaja de hoy.

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