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Por qué el Unicaja no piensa en la Euroliga

Ibon Navarro da órdenes en un tiempo muerto.

Ibon Navarro da órdenes en un tiempo muerto. / Unicaja B. Fotopress / M. Pozo

Con su triunfo en Valencia, el Unicaja completó el hattrick de victorias a domicilio en Vitoria, Madrid y La Fonteta en las tres salidas ante equipos de Euroliga. En todas ellas ofreciendo una imagen de poderío, con guiones distintos. En la del WiZink remontando 21 puntos adversos, en Valencia dominando de cabo a rabo y en el Buesa también con jerarquía y aguantando las embestidas finales de un Howard iluminado. Pero el factor común es que el Unicaja ganó en las tres pistas de Euroliga que visitó. Además, le metió por 20 puntos al Barcelona en el Carpena

Es lícito preguntarse por el nivel que tendría el Unicaja en la máxima competición europea. Semanas atrás, precisamente Luis Arbalejo, director deportivo del Valencia Básket, decía que el equipo malagueño tendría menos victorias si jugara la máxima competición europea. Y seguramente no le falta la razón al mandatario taronja. La acumulación de partidos obliga al reparto de esfuerzos y a levantar el pie del acelerador. Se está viendo en este mes de enero con el Real Madrid, que se ha vuelto más terrenal, también con la baja de Tavares. Igualmente hay redistribución de cargas en los hombres de Chus Mateo. Y cada equipo lleva la planificación de una forma. 

Antonio Jesús López Nieto, presidente del Unicaja, leyó la situación cuando llegó al cargo en el verano de 2021 y decidió salirse de la esfera Euroliga y entrar en la BCL, con la FIBA, para redimensionar. En aquel momento se vio como un paso atrás como entidad y una decisión que denotaba falta de ambición, con los más de 15 años jugando la mejor competición del continente aún frescos. Era renunciar a competir con los mejores. Pero la realidad es que, dos años y medio después, los hechos le han dado tozudamente la razón. El Unicaja va volando, tiene récord de espectadores en la pista y enamora con su juego al aficionado neutral. Competir en condiciones, con más jugadores y de más caché en la plantilla, y con un avión para moverse implicaría subir varios millones el presupuesto, que ya se amplió este verano. Este martes se usa el primer chárter para ir a Cholet. Debería ser muy frecuente en Euroliga.

Dentro de la propia Euroliga hay voces que discrepan del modelo de competición, muy atractivo por la emoción y la igualdad que suele haber en los partidos, pero con apenas tiempo para entrenar y desarrollar ideas e identidades como sí tiene el Unicaja durante cuatro meses con una BCL mucho más liviana, en la que está mostrando una superioridad notable, antes de que ahora sí crezca el volumen de partidos, nunca más de dos por semana. Hay ocho jornadas dobles en la Euroliga. Por ejemplo, el Valencia, tras perder este domingo con el Unicaja y haber ganado en Vitoria el viernes juega en Belgrado este martes, en Berlín el jueves y el domingo en Barcelona en la ACB. Son cinco partidos en 10 días, cuatro de ellos fuera de casa. Imposible una sesión de entrenamiento con cierta calidad e intensidad. La forma se mantiene básicamente con partidos.

Luca Banchi, entrenador de la Virtus de Bolonia, tercer clasificado de la Euroliga igualado con el Barcelona, aseguraba este lunes que “este formato mata el juego y pone en peligro la salud de los jugadores, deberíamos reflexionar pero no sé si hay voluntad de escuchar”. Y sí, la tendencia parece aumentar el número de equipos, con una franquicia en Dubái y siempre la sombra de Londres y París si van cuajando proyectos. El modelo tiende a la NBA, con la Liga americana captando a los mejores jóvenes del país y cada vez conteniendo más al talento propio antes de saltar a Europa. Y el juego ya no es tan brillante como en las primeras temporadas en las que se usó el formato Liga.

El Unicaja está ahora redescubriendo el sabor continuo de la victoria, algo que se había olvidado. Gusta mucho ganar casi siempre. Son 22 victorias en 29 partidos oficiales esta campaña, más de un 75% de triunfos, cifras irreales con Euroliga de por medio. Es el juego espectacular y también el triunfo. Es una tesitura interesante y que también en Los Guindos deben valorar a medio y largo plazo, a expensas de los movimientos que hay para unificar Eurocup y BCL. El Unicaja está ahora mismo muy por encima deportivamente de la BCL, y con los años puede aburrir, pero también está cerca de sus picos históricos deportivos, algo difícil de sostener en el tiempo. Los mejores jugadores también quieren Euroliga. Y para equipararse a la mejor plantilla de la historia de este club quizá haría falta revalidar esa Final Four de Atenas o esa racha de 23 partidos seguidos ganando en el Carpena ante los mejores. En el fondo, problemas de rico que ahora se ven como muy menores de dónde se viene. Apetecería, claro, ver a este equipo y este entrenador con los mejores. Pero ¿es realizable? Suele referir López Nieto que en su etapa de gestión del Palacio recordaba entradas de 5.000 o 6.000 espectadores contra CSKA o Panathinaikos. En su momento la Euroliga no se valoró a tope como lo que suponía para Málaga. Disyuntivas interesantes que se ven ahora con otro color cuando el Unicaja ofrece uno de los mejores baloncestos del continente.

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