Unicaja Baloncesto

El fenómeno Nzosa, en el microscopio

  • Fran Vázquez y Anicet Lavodrama, dos pívots de referencia en su etapa en activo, analizan la explosión, cualidades y campos de mejora del joven congoleño, que no deja de impactar

Yannick Nzosa, con Alberto Díaz.

Yannick Nzosa, con Alberto Díaz. / Javier Albiñana

La anómala aparición de Yannick Nzosa, su capacidad de cambiar partidos cuando aún le queda un mes para cumplir los 17 años, es uno de los clavos a los que se agarra el Unicaja en este duro comienzo de temporada en el que las cosas no han salido como se pretendía. En un momento convulso, en el que se ignora cómo se finalizarán las competiciones europeas a causa de la pandemia, Nzosa es un fenómeno refrescante para el baloncesto y una bendición para el Unicaja, que remite a quien tuvo la visión año y medio atrás para acometer su fichaje que había quien no veía claro. Un adolescente que condiciona el ataque de un equipo de Euroliga, como sucedió en Valencia. De números y récords se habla cada día, pero Málaga Hoy quiso ir un poco más allá en el ánalisis y consultó con dos pívots históricos afincados en Málaga, Fran Vázquez y Anicet Lavodrama. Fortalezas, debilidades y explicaciones del impacto en el juego de Nzosa. Como conclusiones comunes, que evidentemente se está ante un jugador especial y que no se puede obviar que un chaval de 16 años no puede tener una presión más allá de la indicada.

Fran Vázquez, uno de los mejores canteranos de la historia del Unicaja, se recicla tras su retirada como jugador a los 37 años. Prepara el curso superior de entrenador y espera que baje la intensidad de la pandemia para estudiar, por ejemplo, in situ los entrenamientos del primer equipo y de la cantera del Unicaja. Mantiene la forma montando en la mountain bike y cada día lleva a Los Guindos a su hijo Aitor, de ocho años, que se entrena en la EBG y al que le gusta también el baloncesto. Mientras, Anicet Lavodrama, un histórico del baloncesto español en los 80 y los 90, lleva una década afincado en Málaga, donde trabaja en la EBG y en la Academia Chus Mateo. Además, tiene la pequeña estructura con ASICS Sports, empresa con la que realiza campus de tecnificación en verano.

"No lo conocía, no sabía quién era. Lo ves y te llama la atención, claro", admite Fran Vázquez, que ahora contempla más baloncesto que cuando jugaba y ha visto todos los partidos de ACB del Unicaja esta temporada: "Hace un par de semanas me encontré con Ramón García [jefe de cantera del Unicaja] y ya le pregunté y me contó cómo es de trabajador y me dijo que no le sorprendía el nivel que mostraba. Tiene errores de un chaval de 16 años, pero es que sólo tiene 16 años. Juega sin presión, transmite que se divierte, que se entusiasma y que lo está disfrutando. Todo lo que hace es increíble, no es normal. Esas manos rápidas cuando sale a los pequeños tras un bloqueo, la velocidad con la que ejecuta los cambios defensivos, de recuperar, puede ser agresivo lejos o cerca del aro... Muy pocos son los pivots que tienen esa facilidad. La posición en los rolls (continuaciones) me recuerda a mí, en cómo juega el pick and roll. En el roll se gira rápido, tiene el instinto de la canasta en la cabeza. Está lógicamente verde, hay mucho tiempo para visualizar sus mejorías. Pero lo que hace ahora para un chaval de su edad no tiene palabras. Me gusta que tiene hambre, en Valencia no anotó apenas, pero impacta muchísimo en el partido, intimidó una barbaridad. Aunque estoy enfadado con él porque me ha quitado el récord de tapones para un joven (risas)".

"Si te gusta el baloncesto, ves en Francis cuando vuelve o cuando empieza Alberto que hay unas características evidentes, quizá no son visible para todos, pero sí están ahí. No hay que generalizar, hay que mirar a cada chaval de forma individual. Conozco a Yannick desde que tenía 12-13 años. De hecho, le quise traer a España, ya superaba los 2.04 metros entonces", dice Anicet Lavodrama, olímpico con la República Centroafricana en Seúl'88, que dejó huella en Ferrol y Valladolid y que ha tutelado la carrera de algunos jugadores africanos en España: "Lo conocí en Kinshasa, de donde es. Tengo allí varias personas que yo conozco de cuando trabajé a la FIBA, en esa época visité a 70 países intentando ayudar a desarrollar el baloncesto y conocía a los responsables de la formación que vieron a Yannick. Me dijeron 'Anicet, hay un chico muy interesante'. Me mandaron un vídeo. Veías que le gustaba trabajar, con su altura y envergadura. Los entrenadores insistieron en la coordinación y tecnificación y ahora se ven los frutos. Ves la capacidad de aplicarlo en ACB y es un orgullo. Yannick tiene un temperamento serio, muy trabajador, siempre quiere aprender, como la mayoría de chicos africanos. Si se quiere generalizar, hay disciplina de respeto, a las cosas. Siempre mostró esa capacidad de trabajo, de superarse y esas ganas de cumplir. Esa energía, capacidad de reacción. El trabajo que se realizó en Congo se perfeccionó en Stella Azzurra y ahora en Málaga".

Yannick Nzosa realiza un mate. Yannick Nzosa realiza un mate.

Yannick Nzosa realiza un mate. / ACB Photo

Impacta la capacidad de poner tapones de Nzosa, ha colocado ocho en los cinco primeros partidos, cuatro de ellos en Valencia, donde atemorizó el ataque valenciano hasta condicionarlo. Si alguien puede hablar con propiedad de esa suerte es el máximo taponador de la historia de la ACB y de la Euroliga, Fran Vázquez. "Si saltas 15 veces al tapón, puedes llegar una o dos veces a tocar el balón. Pero si en el resto has cambiado la mecánica o le has obligado a darle otra dirección al tiro, estás ayudando mucho. Yannick es activo en los dos lados y que le haya quitado minutos a jugadores importantes es significativo. Encontrar el timing, el momento justo, para saltar puede venir de serie pero hay que trabajarlo mucho. Si lo llevas trabajando de pequeño, como parece que se ha hecho con él, es más sencillo. Es coordinación, es muy difícil si no eres coordinado tener esa habilidad. En Valencia hubo una situación en la que Dubljevic lo tenía agarrado y es capaz de saltar por encima de él para estorbar. No llega al tapón, pero cambia el tiro del rival. Eso habla del poderío y el instinto que tiene. Eso se trabaja e igual en vez de 15 veces saltará nueve veces, pero con la elección perfecta del momento. Y no hay mucho más. El timing es la coordinación. Yo no era coordinado y tuve que aprenderlo. Él tiene la coordinación", reflexiona el que fuera gran pívot gallego sobre las cualidades taponadoras del congoleño.

"En España tuvimos a Fran así, casi nadie más. Víctor Claver quizá. Hay poca gente con esas cualidades. Tienen ese algo de innato y con estímulos tienen ese salto, timing, la potencia y la continuidad en la intensidad como Fran o ahora Yannick, no hay muchos como ellos", prosigue Lavodrama: "Siempre hay jugadores espontáneos o únicos, pero hay que trabajar de forma adecuada y con él se empezó temprano. Los que le identificaron en Kinshasa trabajaron a largo plazo para que se adaptara al deporte de alto nivel. Él presta mucha atención y tiene mucha capacidad cognitiva, coge la información, la procesa y la aplica. Es de los que va a hacer el ejercicio aunque tenga calambres o le duela. Si el Valencia hubiera querido hacer más daño igual podía haberle atacado directamente en el 1x1, puede sufrir más por el peso de los otros rivales. Pero el chico reacciona, no se arruga, está bien arropado con Carlos Suárez, Deon Thompson o Tim Abromaitis, toda esa gente le están arropando muy bien y permiten diluir la presión que tiene. No puede ser el salvador, no tiene que jugar 40 minutos, hay que dejarle crecer. Creo que los tiempos que está empleando Luis Casimiro son muy adecuados, dándole la cancha justa".

El que fuera gran pívot africano insiste en la "capacidad cognitiva para su edad" de Nzosa: "Correr, saltar, posicionarse para bajar el centro de gravedad, que el suyo es muy alto porque tiene las piernas muy largas, para ganar equilibrio y no ser movido fácilmente o abarcar más campo. Y tener en cuenta que por la zona pasan muchos jugadores pequeños y que hay tener la pelota arriba. Coge el balón, de cara o de espalda, y lo mantiene arriba. Eso es lo que se trabajó con él y lo aplica. Él tiene un tiro bastante correcto, pero por los sistemas de jóvenes y Luis Casimiro, creo que con buen criterio ahora, no le pide ese tiro como a los cuatros como Abromaitis, Suárez o Thompson. Tiene un tiro bastante correcto, pero debemos ser prudentes, sin mucha presión. Cuando empiece a leer los halagos, llegue la presión de las victorias, comentarios y expectativas seguramente lo sentirá y baje un poco su porcentaje. Pero ya desde pequeño, desde hace cuatro años, la coordinación, la reactividad, no bajar el balón en la zona, la mecánica de tiro... Todo eso lo ha trabajado mucho. Paco Alonso [padre de Francis, entrenador reputado de tecnificación y ahora consejero del club] y yo fuimos a Congo y Senegal hace varios años a trabajar con distintos jugadores y entrenadores, para darles herramientas y ejercicios para progresar. Paco ha traslado e inculcado esos conocimientos a varios entrenadores del Congo que trabajaron después con Yannick".

"La seriedad con la cual aborda el trabajo", ahonda Lavodrama en la característica más importante de Nzosa: "Siempre ha sido un chico muy serio. Su madre está a su cargo, es una persona muy humilde y muy seria y siempre quiso inculcarle eso. Las otras dos cualidades que me gusta resaltar es el compromiso, la seriedad con el deber y con el trabajo y lo muestra magníficamente, y una ambición sana, para llegar a algo importante. Ambición, seriedad y compromiso. Más allá de la envergadura, el salto, el timing de salto para los tapones, la reactividad en las rotaciones defensivas, resalto esa tres cosas".

Tapón de Nzosa a Eatherton. Tapón de Nzosa a Eatherton.

Tapón de Nzosa a Eatherton. / ACB Photo

Fran Vázquez señala algunos campos de mejora que puede tener Nzosa. "Un detalle es aguantar un poquito más el bloqueo para sacar más ventaja para la continuación, pero son eso, detalles. En el partido de Valencia hubo situaciones en las que recibió y fue capaz de encontrar al compañero liberado. Los pivots, si no somos capaces de verlo, podemos perder el balón cuando nos lo pasan en una situación no muy favorable. Eso se aprende entrenando y con que el entrenador te ayude a interpretar el juego. La experiencia le llegará, son sólo 16 años, tiene mucho por delante que aprender y demostrar. Y no hay que meterle mucha presión. Es un chavalito, un niño. Los veteranos son los que tienen que tener presión. Él debe estar libre, no meterle esa presión de cambiar el partido", dice Vázquez, que también apunta al tiro: "Yo en las últimas temporadas no podía saltar tanto y lo tenía que usar más. Cuando yo empezaba los cinco no salíamos a la línea de tres, pero el juego evoluciona y hay que ganar espacios. Hay cincos que tiran más de fuera, véase Dubljevic, que ha añadido piezas a su juego sin perder otras. Son armas que tienes que ir desarrollando. Poco a poco Nzosa lo podrá ir ayudando y ejerciendo. Puede ser que termine jugando de cuatro... Eso es lo bueno, que pueda hacer cosas distintas. Por lo que veo es mucho mejor que por ejemplo lo era yo cuando me quedaba con un pequeño en el missmatch, a mí me costaba más. Que sepa repartir juego, salir y aguantar a los pequeños. Muchas veces los entrenadores se aprovechan para cambiar el ritmo de la defensa con un jugador así. Él es rápido y conserva la canasta. Un jugador multiusos, vale para una defensa agresiva lejos del aro o conservadora cerca de él".

Es evidente que la musculación será un futuro campo en el que Nzosa tenga que trabajar, apenas llega a los 90 kilos camino de los 2.10 metros. Lavodrama, jugador de musculatura impactante como jugador, que aún conserva hoy, explica que no hay que precipitarse en ese aspecto. "Conozco a Diego [Vázquez] y Ale [Ballesteros], que trabajan con el Unicaja, hemos hecho pesas juntos y sé que lo harán bien. Hay mucho trabajo con gomas, de trabajar el peso de cada uno más pequeñas cargas adicionales. Se empieza trabajando con el peso de cada uno a los 15-16-17 años. Luego se puede añadir cargas de peso para definir musculatura cuando se haya evaluado si las articulaciones son cartilaginosas aún o ya son hueso. Si son frágiles o formadas, eso se mide de forma fisiológica. A partir de ahí se empieza a muscular, con el peso propio de base. Tiene 16 años, como la gente vio a Ricky y Doncic, ellos se definen ya a los 18-19 años, que es cuando se puede muscular. Los altos se pueden desarrollar un poco más tarde, es un trabajo paciente", explica Lavodrama.

Desde una perspectiva más amplia, Lavodrama enfoca de manera interesante la problemática de la adaptación de un jugador africano a Europa, sobre todo a una edad tan temprana como la de Nzosa. "Se encuentran con mucha dificultad, siempre se sospecha de que no tienen la edad. A veces puede ser cierto, hubo casos comprobados, pero no es lo normal. Arvydas Sabonis o Fernando Romay ya parecían mayores de jóvenes, pero no habían falsificado nada. Propuse a Yannick a dos clubes de ACB cuando lo vi por primera vez, pero no te creen. Si fuera blanco sería más fácil, nadie pone sospecha. Hay gente, propios padres aquí en España, que están en contra de competir contra mayores. Pero siempre habrá gente más desarrollada que otra aunque tengan la misma edad. En el entorno en África, hay 54 países con su cultura, África es mucho más que un todo, como se tiende a verlo desde Europa, igual que en España nos queremos diferenciar de Portugal y Francia. Yo estoy en Galicia y en una hora estoy en Portugal y no es el mismo país. El chico de la República Democrática del Congo, como Yannick, es culturalmente diferente del del otro Congo, de donde son, por ejemplo, Viny Okouo o de la República Centroafricana, de donde soy yo. Hay muchos grupos étnicos, cada uno con su propia cultura, es diferente. En Nigeria o Norte de África las sociedades están más cercanas a la idea del profesionalismo en el deporte. En el resto de África, no. Quizá en Camerún con el fútbol o con Embiid ahora también. Pero en África ser alguien para la mayoría de las familias es ir a colegio, ir a la universidad y tener un diploma. Es lo que los padres quieren porque pueden solucionar vidas. Muchas situaciones son dramáticas, hay poca estabilidad política, problemas climáticos, sequías, inundaciones, situaciones de pobreza y falta de recursos. Una cancha como la de Los Guindos no hay en muchos países de África, no hay disposición para tenerla casi las 24 horas al día como ahí. Hay pistas lejos, hay que ir muchos kilómetros después de clase".

Esa dificultad para desarrollarse en África, relata Lavodrama, "tiene que subsanarse a través de las competiciones locales. No hay baloncesto profesional, sólo en ocho países. Si no hubiera esos favores fiscales o institucionales, en la ACB habría 12 clubes. Hay presupuestos estratosféricos contra clubes de 4 millones de euros. Tenemos la suerte en Málaga de tener la Unicaja entidad, que apoya al club y los valores del baloncesto. Allí, en Angola, Egipto, Túnez, Argelia, un poco Sudáfrica, Marruecos... Muy pocos pueden sostener económicamente. Hacen falta televisión, industrias, plataformas audiovisuales. Para la mayoría de los chavales, la familia no ve el deporte como una opción. La gente es realista. Que llegue alguien de ligas profesionales es la solución, pero hay gente que lo hace para engañar y abusar de la pobreza de muchas familias. Les engañan y traen muchos chicos. Con Yannick y Romaric saben dónde se van a formar a los chavales. Escolarizados y con la idea de formar bien. Algunos clubes los traen y se quejan: 'Es que pone mal los pies, tienen mal las manos...' Traes un joven que es un niño, te toca la habilidad y el compromiso para formarlos. Se ha traído a muchos chavales y se les abandonó, le echan la culpa a sus chavales. Tienen 13-14-15-16 pero ellos viven en su entorno humilde. Hacen falta buenos formadores, como está teniendo Yannick aquí".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios