La crisis del Coronavirus ha entrado de forma directa en el deporte y este martes se tomaron muchas decisiones de gran trascendencia, sobre todo en España. Hay varias que afectan al Unicaja y una de ellas es que los dos próximos partidos de la ACB, frente al Baxi Manresa y el Morabanc Andorra, se jugarán a puerta cerrada, sin público. Una medida que he levantado todo tipo de opiniones, pero que entra dentro de la prevención de expansión del problema. 

Los protagonistas se han expresado en dos líneas. Una de ellas es el riesgo que implica para los deportistas competir y otro lo que supone disputar un encuentro sin la afición. Sobre ellos daba su parecer Darío Brizuela, uno de los hombres importantes del equipo malagueño. "Es raro porque te gusta el ambiente y la tensión que se crea en el partido y sin tener la grada ahí se desvirtúa un poco lo que es el partido y parece un entrenamiento", decía el escolta vasco en La Gran Jugada de Málaga, poniendo en valor también la importancia de estos dos choques: "Sólo espero que no nos afecte y aunque parezca un entrenamiento lleguemos al nivel de intensidad que merece un partido".