Es uno de los puntales sobre los que se asienta la sección femenina del Unicaja. Lorena Aranda (Málaga, 1986) capitanea a un equipo que ya pertenece a la Liga Femenina 2. La entrenadora malagueña volvió a tomar las riendas de un proyecto que hace unos días despegó de manera definitiva. Con Los Guindos ya en silencio después de celebrar el ascenso, Peque, como se le conoce en el mundillo, reflexiona sobre una temporada muy exigente en lo mental, pero que terminó con un desenlace dorado.
Ya tiene ese anhelado ascenso.
Nosotros llevamos sólo dos años peleando por esto, pero yo en mi cuenta personal sí tengo más fases de ascenso. Por fin creo que tocaba.
¿Cómo lo vio desde dentro?
Se lo dije a las niñas. Creo muchísimo en este equipo porque compite muy, muy bien. El sábado cuando pedimos el tiempo muerto quedando un minuto y ocho segundos con Adareva se lo dije: "Cambiad las caras, cambiad las caras que nos queda tiempo. Vamos a meter esta canasta y podemos conseguirlo". Al final Chiki Gil [técnico ayudante del EBA], se lo digo a todo el mundo, me da muchas frases y mucho ánimo. Me dice que tengo que crear las circunstancias y creer. Creamos las circunstancias con el tiro, que entró, creímos que podíamos ganar y se ganó. El domingo, más o menos igual. Cuando vienes de un partido donde estás entonado y tienes la moral alta, con todo el público que vino a animarnos, creo que al final creímos.
Se ha visto más madurez en la pista.
Tanto Angel Robinson, Gema García y Vero Matoso nos dieron mucha más tranquilidad por esa veteranía que pueden llegar a tener. No tenemos que olvidar que Paula Tello salió en un momento muy complicado, que Gema está con la rodilla tocada y Paula asumió su responsabilidad. Ana Jiménez también dio un paso adelante. En la Final Four lo dio Marta Ortega. También Irene Viruel, que ha pasado un año difícil con su rodilla y al final ha sonreído. Son jugadoras que son jóvenes, pero que aún siendo jóvenes tienen en sus espaldas Campeonatos de Andalucía y de España y poco a poco estamos creando una cantera muy buena. En definitiva, creando un futuro. No me puedo olvidar de Claudia Alonso, que ha dado un gran paso adelante con 21 años. Ni de Reme Velasco, que se desfondó en defensa.
¿Cómo ha sido entrenar a jugadoras como Robinson, Gema García o Vero Matoso?
Creo que el año más difícil para mí porque son jugadoras que saben mucho y que te piden más. El año pasado quizá yo tenía que dar más recursos. Este no, ellas han pedido más y eso ha hecho que el equipo vaya evolucionando día a día. También que en mi faceta me esfuerce más, trabaje más, busque más recursos, busque más formas de hacer que ataquen y defiendan... Un año muy difícil, pero para mí maravilloso. No por el resultado, pero es el año que más he podido aprender con ellas y con el resto.
La temporada desde fuera pareció más plácida, pero desde dentro insisten en que fue complicada.
Desde fuera lo parece porque ves un resultado, que es que el Unicaja ha ganado de 50. Ya no es sólo ganar de 50, es que el trabajo durante la semana es muy duro. Yo les he exigido mucho, hemos preparado estos momentos en los entrenamientos. Tuvimos viajes a Almería entre semana dos veces, jugamos también en Granada, contra niños... Fue duro porque deseábamos que llegara este momento. Lo planteamos como cuando vas al colegio y te examinas del primer trimestre, el segundo y el tercero. Después viene la selectividad, que es lo que era la fase de ascenso. Se ve que el trabajo estaba bien hecho y que tiene su recompensa.
¿Cómo ve al equipo de cara al salto a Liga Femenina 2?
Lo veo bien. Es una plantilla que es joven, aunque con varias jugadoras veteranas. Pero es un equipo que compite. Acabamos de ascender y estamos en una nube, por lo que no sé mucho. Sí que mantendría a gran parte de ellas con algunos refuerzos, que nos hagan mejorar, pero son todas muy válidas para competir en Liga Femenina 2.
¿Cómo ve el proyecto?
Creo que este año el club hizo una apuesta magnífica por el baloncesto femenino. No sólo por nosotros, el primer equipo, también en cantera fuimos capaces de becar a jugadoras. El club va a seguir apostando fuerte.
Marta García y Gema García fueron dos de las malagueñas que se tuvieron que marchar porque no había un proyecto sólido.
Tengo mucho cariño con Marta porque pasamos momentos muy difíciles tanto en Mijas como aquí el año pasado. Creo que se merece colgar sus botas así, aunque intentaremos que no. El esfuerzo que ha hecho ella durante todo el año no tiene ni recompensa con el ascenso. Le estaré siempre agradecida. Y Gema siempre he dicho que a la gente buena le pasan cosas buenas. Ojalá que pueda competir millones de años más y que sea con nosotros porque se lo merece.
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