Felipe VI corona al Unicaja
El jefe de Estado recibe al club malagueño en La Zarzuela por el título de Copa del Rey conseguido en Gran Canaria y le felicita por su momento
Las fotos de la recepción

Madrid/La espectacular victoria en Gran Canaria abrió, con su tercera Copa del Rey, las puertas del Palacio de la Zarzuela para el Unicaja. No fue posible en 2005 y 2023, sí en este 14 de marzo de 2025, un mes después de levantar el trofeo en Las Palmas. Un día muy especial en la historia del club. Había habido algún reconocimiento previo desde la Casa Real a la labor del club, pero no de este calado. Felipe VI recibió a una expedición de 48 personas, que incluía a técnicos, jugadores, staff, presidente y consejeros, los cargos principales de la Fundación Unicaja (con el presidente, José Manuel Domínguez, y el director general, Sergio Corral), propietaria de la entidad, y de Unicaja Banco, con su presidente José Sevilla y el CEO Isidro Rubiales. Una imagen muy potente como club, con el jefe de Estado en sus dominios y una exposición mediática elevada. Con el monarca honrando también a la competición a la que apellida y abriendo las puertas al Unicaja, quizá en su mejor momento deportivo y como institución en su casi medio siglo de historia, con cinco títulos en los dos últimos años para llegar a los nueve en total. Dos de ellos, los de la Copa del Rey, Badalona y Gran Canaria, en este trienio mágico, en una competición camino de ser centenaria (en 1933 fue su primera edición). El predilecto del Unicaja, el único que ha conquistado más de una vez.
A las 6:55, la expedición tomó un AVE con destino a la capital de España. Estaban citados los jugadores y técnicos en Los Guindos a las 6:15 y ya se traslaron a Vialia, el resto llegó por su cuenta a la estación. Tras un recorrido en el que se comprobaba que la lluvia no está sólo en Málaga sino en casi toda España, ponía pie en la capital a las 9:40 horas. Allí aguardaba el autobús del equipo, llegado desde la Costa del Sol para transportar después a Zaragoza y Barcelona en este periplo. Desayuno en el Hotel NH adjunto a Atocha, tiempo para vestirse de sport para la visita y traslado de unos 20 minutos al Palacio de la Zarzuela. A las 11:15 horas era la cita, 45 minutos antes de la recepción. Había una mezcla de curiosidad e incertidumbre en los comentarios previos sobre lo que se esperaba. Tenían experiencia los embajadores, Carlos Cabezas y Berni Rodríguez, que ya habían estado en recepciones reales tras sus títulos con la selección española, desde el Mundial junior de 1999.
Felipe VI es un buen aficionado al baloncesto, llegó a practicarlo mientras cursaba Derecho en Madrid y durante su formación en las diferentes academias militares. El monarca y la Reina Letizia recibieron sendas camisetas verdimoradas del equipo con sus nombres, así como un balón de la Copa firmado por toda la plantilla campeona en febrero. Desde entonces se había puesto en marcha a través del presidente, Antonio Jesús López Nieto, la iniciativa de la recepción, concretada cuando cuadraron las agendas. Ya se intentó en 2023, pero no fue posible. Felipe VI tuvo un gesto humano con el presidente cajista, dándole el pésame por el fallecimiento de su madre un par de días atrás. Estaba presente también José Manuel Uribes, presidente del Consejo Superior de Deportes. El Salón Magnolias de La Zarzuela fue el escenario de la recepción. Tras el clásico pasamanos se procedió a la foto de grupo en el exterior, en la que el Rey bromeaba con Alberto Díaz cuando tenía que coger el trofeo para el posado. “Pesa, pesa”, decía sobre la obra de 16 kilos que recibe el campeón de la Copa cada año.
A continuación, regreso a la estancia para unos 20 minutos de conversación con el monarca, que, a decir de los presentes, fue bastante cercano y ameno con los jugadores. Desde 2015, precisamente en Gran Canaria, no acude de manera presencial a la final del torneo el monarca, que fue emplazada a volver en las próximas ediciones.
Las caras de los expedicionarios eran de satisfacción después de una mañana especial y diferentes, especial trascendencia le daban los responsables del club, la Fundación y el Banco al hecho de que el jefe de Estado abriera las puertas para recibir al equipo. Un síntoma de este gran momento deportivo y social del Unicaja, al que Felipe VI coronó en La Zarzuela.
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