Ibon Navarro y el desafío de reconstruir al Unicaja: "Volvemos al verano de 2022; con ganas de montar todo"
“No da vértigo. Sí en cuanto a las expectativas y lo que se puede generar en el entorno; nos tenemos que adaptar y aprender, y eso llevará un tiempo", avisa el entrenador del Unicaja en la vuelta al trabajo
Las fotos del desayuno en Quirón
El Unicaja se reunió por primera vez esta temporada. Salvo Alberto Díaz, de regreso a Málaga en las últimas horas tras renunciar al Eurobasket, y Olek Balcerowski, el único superviviente internacional. Pero el grueso de la plantilla cajista, incluido Chris Duarte, pudo saludarse en Hospital Quirón, en ese desayuno tradicional que marca el punto de partida de la pretemporada. Con un bronceado ya tenue, reducido ya por muchos días de despacho, Ibon Navarro atendió por primera vez a la prensa en esta 25/26 que marca una nueva etapa en el Unicaja. Cuarta temporada de Ibon en el banquillo, rostro sonriente y con energías renovadas, ahí se enconde una bonita ilusión por cómo se ha conformado la plantilla pese a cinco salidas de calado, parte de este núcleo ganador. El vitoriano analizaba la actualidad.
“La gente está con muchas ganas, con mucha predisposición a aprender porque vamos a tener que hacer muchas cosas nuevas. Creo que los nuevos han tenido una muy buena acogida. Ayer ya decidimos traer de vuelta a Xavier, así que con la llegada de Chris ya tenemos a todos los jugadores nuevos, así que ahora será una cuestión de construir. Como no podía ser de otra forma, la predisposición de todos es muy buena. Vamos a tener que cambiar. Si algo se ha tenido bueno en los últimos dos años es que hemos mantenido una línea en muchas cosas positiva, primero porque funcionaba y segundo porque manteníamos a los mismos jugadores", insistía Ibon en que se verá un Unicaja mutado. Ahora hay cuatro jugadores nuevos de trece, y se han ido jugadores que tenían un peso muy importante no solo en lo deportivo. Hay que cambiar. Tenemos jugadores de una calidad quizá igual a los que se han ido, pero de diferentes características y diferente juego. Nos tenemos que adaptar y aprender, eso llevará un tiempo. Igual que otros años teníamos mucho trabajo adelantado, esta vez partimos casi de cero. Se necesita tiempo para conseguir algunas cosas, a nivel de ataque sobre todo”, desarrollaba Ibon Navarro, buscando algo de conexión en verano pero con una base de laboratorio por detrás. “Aunque parezca que el equipo quedó cerrado muy pronto, hemos tenido muchas cosas. Pero el verano es lo que es: estuve con mi hijo para aquí y allá con mi hijo. Me ha matado. Cosas que a nivel mental se agradece”, bromeaba.
Sobre si da vértigo asumir este desafío, de constuir un equipo competitivo, Ibon decía que "no. Sí en cuanto a las expectativas y el entorno. Prácticamente estamos en el verano de 2022. Jugadores nuevos y volver de nuevo a construir, tal vez no a nivel humano y de grupo pero sí a nivel deportivo. Estamos en agosto de 2022. Solo pensar en el entrenamiento que tenemos ahora, no ir más allá, es momento de construir. Estoy con ganas de volver a montar todo de nuevo. Creo que hemos hecho una muy buena plantilla, ahora hay que hacer un buen equipo. Insisto en controlar las expectativas. Estamos en verano de 2022. Que no se piense que estamos en agosto de 2025, a nivel de construcción estamos tres años atrás. Y está muy bien lo que hemos construido, pero a nivel deportivo ahora necesitamos un tiempo que tuvimos que tener hace tres años. Necesitamos encajar las piezas, habrá días mejores y peores y no hay que pensar que el equipo va a tener un rendimiento inmediato. Hay que tener suerte. No vamos a estar como un tiro, eso ya lo digo, porque nos tenemos que preocupar de construir y no llegar con ritmo como el año pasado. El juego lo teníamos, ahora no", explicaba el entenador del Unicaja.
Nuevos aires, nuevas caras y como dice Ibon, un libro en blanco que escribir aunque con matices. “Lo bueno de repetir a los jugadores es que para lo bueno y malo nos conocíamos todos. El control que te da conocer tanto a las personas es un control que es difícil alcanzar de nuevo. Perdemos buenísimos jugadores, personas que han sido muy importantes en el grupo a todos los niveles. Pero también, aunque todo el mundo hable de la gente que se va, creo que tenemos la suerte de mantener los jugadores que mantenemos, que si piensas es la identidad que le han dado al equipo. Si esos se hubiesen ido algunos jugadores que se han ido, estaría más preocupado. Hemos perdido y calidad humana, pero mantenemos jugadores que le han dado unas señas de identidad al club", decía. Entre esos jugadores, Perry o Djedovic, que abanderan la filosofía y permanecen.
También te puede interesar
Lo último