El destino de Jonathan Barreiro parecía abocado a jugar en el Unicaja algún día. Llegó ese momento para el gallego, en un movimiento estratégico del club de Los Guindos. No hubo dudas cuando se vio tal oportunidad que ofrecía el mercado. Se pagó una cantidad importante al Casademont Zaragoza por su traspaso incluso. Refuerza esa identidad nacional uno de los jugadores de más proyección del baloncesto español. Hay muchas expectativas puestas en él y se le considera el relevo natural de Carlos Suárez, al que admira. "A la mayoría de compañeros los conozco, sobre todo a los españoles de la selección. Eso me ayudará a adaptarme lo antes posible. También tengo a Carlos Suárez, que seguro que me ayuda a entender antes al equipo. Lo tengo que coger como referente porque juega en una posición parecida a la mía. Seguro que me da buenos consejos", aseguraba en su presentación: "Este bloque de españoles son un grupo de mucho talento y de buenas personas". 

Un fichaje que se resolvió en cuestión de horas tras algún verano de fuerte interés. Katsikaris tocó una tecla clave. "Me llamó Fotis diciéndome que contaba para su proyecto y me hizo mucha ilusión que me diera su confianza, que luego tienes que corresponder en los entrenamientos y en la pista. No hubo mucho más que pensar. Una vez que estuvo la oferta encima de la mesa la decisión fue sencilla", contaba Barreiro, que no escondía su felicidad por este paso: "Me hace ilusión. El Unicaja es un gran club, siempre lo he pensado y lo pensaré. Vengo con muchas ganas de contribuir a cumplir todos los objetivos".