Kendrick Perry, un volcán sobre el filo

La determinación del base de Florida, enrabietado y responsabilizado en el Palau, marcó el camino del Unicaja a partir de un primer cuarto de fantasía; más líder que nunca en ese contexto crítico

El último en irse el martes

Perry, ante el Barça en el Palau.
Perry, ante el Barça en el Palau. / ACB PHOTO

Los chispazos iniciales de Kendrick Perry sembraron esa buena energía del Unicaja en el Palau Blaugrana. Sorprendente ese ritual pospartido en el Carpena, solitario y 20 minutos lanzando tiros libres de madrugada, aún con la adrenalina. Ahí se empezó a tramar ese 1-1 en la serie, la responsabilidad de un MVP que aglutina el estilo del equipo malagueño, el líder espiritual de este grupo de jugadores que salió híper responsabilizado en ese cara o cruz. "No tengo presión por mi liderazgo, me enorgullezco de ser un líder, una bendición", una frase del jugador de Florida que permite sintetizar ese carácter. Irrumpió de forma aplastante en ese comienzo con 11 puntos, tres triples para dar seguridad y poso. El equipo a su espalda, en una versión cerebral que ha ido tejiendo estas temporadas, sin denegar su esencia. Ha ido creciendo en lectura de juego. ¿Reprochable alguna decisión en el primer partido? Antes de esa selección con el 85-83, Perry había cambiado la energía de un partido en chino.

Algo tuvo que ver en ese rostro de máxima concentración, ese dominio en el Palau que no desembocó en decisiones fuera de lugar. Madurez de líder, de hacer lo que toca y lo que demandaba un partido que no peligró. Hubo algún mal ajuste del Barça en ese primer cuarto que castigó, con determinación en una faceta donde su progresión ha sido inimaginable: un 46% en triples en casi cuatro intentos por partido. Entraron en el momento preciso, como en Gran Canaria y esa descarga final ante el Real Madrid para ganar la Copa del Rey. Muy fiable en esos momentos de clutch, con ese lunar ante el Bonn en BCL que paradójicamente incitó esa firmeza en finales de partido. Y con más luces que sombras desde entonces. En el Palau fue al contrario, con ese 3/4 en triples en un arranque descollante y solo intentar un lanzamiento más en el resto del partido. Su trabajo quedó en parte hecho.

Un reverso hipnótico ante otro artista como Kevin Punter, acción de una confianza por las nubes y que el Palau era su jardín. Decía Ibon Navarro al descanso de encontrar jugadores, ampliar vias de anotación más allá de Perry y Carter, y el de Florida exhibió esa cara más calculada, también análitica aunque su baloncesto transite por otras vías. Esa conexión con Balcerowski y las continuaciones del polaco, pases quirúrgicos de Perry por arriba. Trabajo juntos, constancia y aquello de jugar con la mirada. El partido de Balcerowski en el Palau es ilusionante, pero más comprobar que esos automatismos fluyen, que la integración del pívot con el resto de sus compañeros se acelera. También es trabajo de Perry, un líder integral.

15 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias y trabajo hecho. Pero grabado a fuego que queda un partido. Al filo de la eliminación del play off o una situación crítica, emerge como ciencia exacta un estado de inspiración muy alto de Kendrick Perry, quien hizo creer al resto. Un volcán de liderazgo y muchas cosas más en este Unicaja, reanimado pero con unas emociones que deberán controlarse este domingo en el Carpena.

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