Mario Saint-Supéry y el salto a la NCAA

Mario Saint-Supéry acababa este viernes su temporada ACB en Manresa con una victoria de su equipo sobre el Tenerife (86-83). El grueso de la temporada estuvo en zona play off pero en el tramo final se cayó algo el equipo dentro del milagro anual que supone que un equipo de zona baja de presupuesto esté peleando arriba. Ha sido, no obstante, una temporada de progreso en el juego del canterano cajista, constatando que estaba, en un entorno propicio en el que el entrenador creía en él, listo para rendir en la élite. Sus medias en ACB fueron, en menos de 15 minutos, 8.3 puntos, 2.1 asistencias y 2.1 rebotes para 8.4 de valoración en su primer año senior, con 19 años cumplidos en abril. Cifras que, con su edad, en la era ACB sólo han alcanzado o superado Luka Doncic, Ricky Rubio y Sergio Rodríguez. Poca broma. Después de que debutara en 2022, siendo aún cadete, con el Unicaja, a veces se pierde la perspectiva de la precocidad de Saint-Supéry, ya internacional absoluto.

El malagueño tiene decidido emprender la aventura americana, ir a la NCAA para seguir desarrollándose y explorar sus opciones de llegar a la NBA a medio plazo. Ello implicará que se abonará la cláusula de salida del contrato que le une al Unicaja hasta 2028 y que está en torno al medio millón de euros. El agente del jugador, Igor Crespo, estuvo hace un tiempo reunido con los responsables del Unicaja y comunicó los planes del jugador.

Desde hace años, Saint-Supéry ha recibido el interés y el seguimiento de universidades americanas por su evolución. De hecho, la idea original del jugador y la familia pasaban por compatibilizar baloncesto y estudios en Estados Unidos, pero los tiempos se aceleraron y estar con 15 años ya en dinámica de primer equipo y con 16 asentado como uno más en el trabajo propició que se le hiciera un contrato profesional hasta 2028. La nueva realidad de la NCAA, con libertad para pagar a los jugadores cantidades muy elevadas para el contexto europeo a jóvenes promesas, cambió de nuevo el panorama. También jugadores de su generación, como el ruso Demin y el lituano Jakucionis, no más dominantes que Saint-Supéry en inferiores, están en previsiones de Top 20 en el próximo draft tras pasar por la liga universitaria.

Gonzaga, ubicada en Spokane (estado de Washington, a dos horas de Seattle), es la universidad que más interés mostró y con la que se perfilan los detalles para el salto. Allí está Jorge Sanz, entrenador ayudante y director de operaciones, que entrenó a Mario en categorías inferiores de la selección española. Fue la universidad de John Stockton en su día y unida al baloncesto malagueño porque fue el destino de Domas Sabonis para saltar a la NBA. También jugó allí Killian Tillie, actual jugador cajista. Allí, en los próximos días debe ser oficial, debe seguir su carrera Mario Saint-Supéry. En el verano está la posibilidad de figurar en la selección española A o B, tambien en función de disponibilidades.