¿El mejor partido de la historia del Carpena?

Conversación recurrente entre seguidores del Unicaja después de lo vivido este domingo

93 segundos de locura

Kendrick Perry celebra. / ACB Photo / M. Pozo

Las manos temblaban y las lágrimas de muchos seguidores del Unicaja en el Carpena estaban saltadas. Lo que se había vivido en el parqué malagueño era historia del club en un arrebatador final de partido. Para los más veteranos era una victoria simbólica. 30 años antes no se ganaba la Liga del triple de Ansley. En aquella primavera del 95 en Ciudad Jardín está parte de la base de lo que se está viviendo hoy. Vencer al Barcelona tras 10 derrotas en series de ACB (cuartos, semfinales y final) perdidas es vencer una barrera mental, aunque el equipo catalán estuviera disminuido por las lesiones. Y este equipo también necesitaba un triunfo así, en el que no sólo el baloncesto primoroso que practica reinase. "Hemos ido a corazón y cuando vas al corazón pasan estas cosas, también se cometen errores. Pero estos tíos tienen mucho corazón", decía Ibon Navarro tras el partido.

Hace ya más de 25 años que se inauguró el Carpena, que ha albergado en este tiempo varios cientos de partido de baloncesto. Seguramente sobren dedos de la mano cuando se hace recuento histórico para encontrarlo mejores y más icónicos. Fue una conversación recurrente en grupos de whatsapp o en las cervezas postpartido en el bar del Palacio. ¿Cuántos partidos mejores se han visto aquí? Por contexto competitivo, rival, por esa remontada cuando parecía imposible, nueve abajo a falta de 93 segundos... Se ha jugado mucho y bien al baloncesto, se ha pasado por encima de rivales monstruosos, hasta un NBA perdió. Pero ese drama es lo que diferencia y lo que hace inolvidable lo que se vivió. Y es una pica que le faltaba por poner a este equipo de leyenda, una victoria tan salvaje, no desde el cartesianismo sino desde el corazón.

Otro partido ante el Barcelona, el que dio acceso a la Final Four de la Euroliga de Atenas, el del triple de Pepe Sánchez, quizá era el que más opositaba con este y tiene ese punto de grandilocuencia de haber supuesto la cima histórica del club en la máxima competición europea. Desde el puesto de comentarista lo veía Sergio Scariolo, arquitecto de aquella época dorada. Seguramente aquello siga en el top, pero lo vivido este domingo 8 de junio es un partido legendario para una nueva generación de seguidores nacidos a partir de los 90 y que ya pueblan de manera significativa y que está produciendo un relevo que en algún momento parecía con eslabones perdidos y que preocupaba en el seno de la entidad. Las caras de niños y adolescentes son cada vez más numerosas. Los datos del club sugieren que se ha producido un rejuvenecimiento de la masa social de la entidad, que también necesita construir sus nuevos mitos y héroes. Como los actuales, que prometen seguir hollando cimas nuevas.

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