El nuevo Unicaja: Ilusión y un proyecto nuevo con una base
Con cinco marchas y cuatro fichajes, el Unicaja se reconstruye para intentar seguir peleando por molestar a los grandes con una identidad clara
Así es Chris Duarte
La consumación del impactante fichaje de Chris Duarte completa, a principios de julio, la plantilla del Unicaja a expensas de la oficialidad de las renovaciones de Killian Tillie y David Kravish, ya pactadas. Xavier Castañeda y James Webb III se oficializaron en la primera semana posterior al final de la ACB para cubrir a Tyson Carter y Dylan Osetkowski (con las diferencias de cada uno). Las marchas de Kameron Taylor y Yankuba Sima (la primera era más o menos esperada en el club, la segunda sorprendió) propiciaron una reacción rápida. Por el pívot catalán llegó Emir Sulejmanovic, un guerrero en progresión en las últimas temporadas. Y por Taylor, la llamativa operación Duarte, gestada en los dos últimos meses y culminada esta semana. Paralelamente, se confirmó la marcha de Melvin Ejim y se constató la transferencia a la NCAA de Mario Saint-Supéry. Casi dos millones recaudados en traspasos, todas las salidas menos Ejim dejaron entre 800.000 y 50.000 euros. Es muy posible la llegada de un jugador sub 22 para participar en la nueva Liga que también esté en órbita de primer equipo. Se cayó alguna opción avanzada pero se sigue mirando.
Se parte con una base de nueve jugadores de la temporada pasada, pero con un cambio importante sobre aquella plantilla del verano de 2022 que cambió la historia del club. Ya sólo quedarán seis jugadores tras tres temporadas: Alberto, Perry, Djedovic, Barreiro, Kalinoski y Kravish. Se han ido desgajando y este verano se ha acelerado el proceso. Ley de vida, ley de mercado. El equipo de los seis títulos ya no existe. Sí quedan las brasas, una identidad, un estilo y un esqueleto que debe servir de plataforma para construir. Pero las piezas son distintas y comienza un intrigante, en el sentido positivo, proceso para ver cómo va a jugar el equipo. Cambiarán mecanismos, habrá roles distintos, las cualidades son diferentes. El fichaje de Duarte ha sido un enorme chute de estima, hacia dentro y hacia fuera. Los propios futuros compañeros preguntaban a los responsables del club si eso era real. Constataron pronto que sí. Y sienten que, pese a los cambios, siguen formando parte de un proyecto con ambición por seguir molestando a los grandes.
En cierta forma, dentro del Unicaja se veía necesario ese cambio de piezas, alguna vez lo había esbozado Ibon también con el peligro de caer en la monotonía y verse las mismas caras con el peligro de agotar el discurso. Con los nuevos jugadores hay retos para todos. Para los técnicos por ensamblar a jugadores de todo calibre, jóvenes y maduros, en la estructura, con el caramelo de Duarte, un bólido con el que experimentar a altas velocidades. Para los que se quedan, nuevas inquietudes y competencias, compañeros con hambre y el reto de seguir siendo competitivos y crecer. Para los nuevos, integrarse en un ecosistema que funciona y exitoso y que ha lanzado la carrera de varios colegas hasta alcanzar la Euroliga. Es evidente que hay un atractivo por venir a Málaga que hace años no existía.
Y el juego, claro. ¿Cómo evolucionará el Unicaja? Se requerirá tiempo, el equipo no ganará seguramente tan fácil por inercia y hay que estar preparados para unos primeros meses posiblemente más complicados a nivel de resultados. La cabina de dirección con Perry y Alberto continúa y no es poca base, los dos capitanes, quien marca el estilo y quien atesora el ADN. La llegada de Duarte aumenta la cuota de generadores de nivel desde el 1x1 y el bote, además con Xavier Castañeda, al que el foco del dominicano igual viene bien para crecer sin tanta responsabilidad y demanda de rendimiento inmediato. Apuntaba Ibon en la entrevista en Cope hace una semana que Webb era una pieza importante también en esa creación de juego por su capacidad con el bote, un grande con esa capacidad. Los puestos bisagras se mantienen pese a la reducción a 13 fichas profesionales. Castañeda es 1-2, Duarte, 2-3; Webb podría ser el 3-4 y Sulejmanovic, el 4-5. Sigue existiendo esa versatilidad para paliar bajas y hacerse menos previsibles. En este periodo, el crecimiento en el juego en estático fue muy grande, aunque la primera opción siempre fue correr. Hay curiosidad por ver ese encaje de Castañeda y Duarte, también hacen falta versos libres para saltarse el sistema y romper defensas. Es un bonito reto para ellos y también para Ibon y su staff que se sientan cómodos en este ecosistema. Habrá tiempo de profundizar en estas ideas.
Quizá lo más importante de todo es que la ilusión colectiva, dentro y fuera, se mantiene, si no aumenta. Lidiar con las expectativas altas puede ser un problema, desde el club se intenta bajarla al suelo de manera pública, pero la idea de que hay un plan y un trabajo para mantener al Unicaja cerca de los grandes existe. Y debe ser una garantía para el medio y largo plazo, aunque no se ganen títulos en el corto.
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