Unicaja

La penúltima lección del maestro Will Thomas

Will Thomas, ante Laprovittola.

Will Thomas, ante Laprovittola. / ACB Photo

El Unicaja fichó a Will Thomas para partidos como el del Barcelona. Es el jugador mejor pagado de la plantilla y ahí estaban las causas. Nunca fue un jugador especialmente explosivo, pero sí perdió a sus 36 años algo de capacidad atlética. Lo decía en su presentación: "No soy el mismo jugador que era seis años atrás. Ahora es un tema más mental que físico. Puedo ayudar con experiencia y liderazgo. Ahora soy más técnico y habilidoso y físicamente soy lo que soy 36 años, pero estoy bien". Sus palabras cobran vigencia tras la exhibición.

Ibon Navarro dejó para el final el arma nuclear que acabó decantando el partido ofensivamente. El de Baltimore se construyó una parcela en la parte de derecha del ataque cajista. Allí fue al mismo tiempo un boxeador para ganar la posición y arreglárselas para recibir y un bailarín para botar, percutir y distribuir juego con la precisión de un cirujano. Enfrente tuvo a varios defensores de máximo nivel europeo, como Vesely. La lectura del juego estuvo a la altura de las interpretaciones que hicieron Kalinoski, Perry u Osetkowski, con Alberto bloqueando y ensuciando la defensa, para ganar la ventajas y anotar canasta fáciles en estático. Que había sido el principal caballo de batalla del cuadro malagueño ante los equipos grandes. Cuando no podía correr, sufría. Ocurrió también durante el partido ante el Barça, pero es la diferencia cuando hay entrenadores que diseñan soluciones y jugadores que las interpretan.

Sorprendió un tanto el enfado que se pilló el pasado domingo ante el Baskonia, cuando amagó con irse al vestuario, en un jugador que en el club se destaca que es un profesional intachable y que lidera con el ejemplo. "Sin problemas, es parte del juego", zanjaba en el Media Day cuando se le preguntaba por el asunto. Metió cinco puntos, pero se metió el partido en el bolsillo. Seis asistencias, cuatro robos, cuatro rebotes...

En Badalona, Thomas dio un clínic de cómo jugar partidos de máxima exigencia. Venía de ser un jugador importante y estar en cancha 27 minutos en Euroliga el año pasado con el Mónaco, en un club que jugó el quinto partido del play off para jugar la Final Four. No estás siendo un año excelso en Málaga, pero está respondiendo a lo que quería el club cuando se le contrató. Marcar una línea en el trabajo, liderar con el ejemplo y, cuando el balón más quema y la presión es más alta, ser determinante. Fue la penúltimo lección del tío Will.

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