Unicaja

Los minutos se ponen caros

  • Con la recuperación de efectivos la competencia se eleva y debe repercutir en el beneficio colectivo

Los jugadores del Unicaja celebran.

Los jugadores del Unicaja celebran. / ACB Photo

Con el ritmo de partidos que hay, atenuado ahora para el Unicaja por la desgraciada eliminación de la Eurocup, es complicado cantar victoria con que un equipo está sano. Con entrenamientos de por medio, cualquier percance es posible. Pero el Unicaja se acerca, por primera vez en la temporada, a tener un equipo sano y al completo. Desligados del club Milosavljevic y Gerun, con el regreso de Carlos Suárez habrá 13 jugadores a disposición de Fotis Katsikaris. Aumenta el ritmo de trabajo, aunque los chavales de la cantera (Pablo Sánchez jugaba ayer con el CB Marbella en Melilla, pero forma parte de la disciplina del equipo casi a tiempo completo) han echado una mano importante que les ha valido a ellos para crecer.

De partida, Francis Alonso era el jugador 13 y Yannick Nzosa, el 14. Como quiera que Milosavljevic no llegó nunca a recuperarse y estar cerca de jugar y se sucedieron lesiones en distintas posiciones, ni Casimiro ni Katsikaris tuvieron que tomar decisiones de descarte. De hecho, se ha llegado a estar bajo mínimos, con tres y cuatro canteranos en las convocatorias. Con un partido a la semana (aunque habrá varios partidos entre semana hasta el final de la temporada regular), paradójicamente, es cuando más efectivos hay disponibles.

La tendencia ya se ha visto en los últimos partidos, hay jugadores que van a jugar poco o nada. Sencillamente, porque no hay minutos y se cotizan caros. En Santiago fue Francis Alonso el que menos jugó, antes fue Rubén Guerrero en un par de partidos. El Unicaja no tiene la necesidad de hacer cambios en la ACB porque Nzosa, que ha hecho méritos para ser rotación importante, aún tiene ficha de jugador junior, con lo que no cuenta. Se puede rotar a los otros 12 en convocatorias si en congoleño es elegido para jugar, como parece.

Y la competencia sube. Por volumen de jugadores (cinco exteriores, dos aleros y seis interiores) pareciera que por los pívots pueden ir el hipotético descarte. Pero también es la posición en la que más faltas se gasta, véanse las eliminaciones de Thomas y Nzosa en Santiago, y Katsikaris ha usado a los tres pívots regularmente. También a Suárez o Abromaitis como tres puntualmente. Hay más variedad y el capitán otorga intangibles. Hay, asimismo, jugadores con sobrecargas, como Alberto Díaz, que está haciendo un gran esfuerzo para ayudar con una rodilla dolorida.

¿Cómo se vive eso en el vestuario? Responde Darío Brizuela, uno de los aparentemente intocables. “Es bueno para nosotros, para todo el equipo. Tener buenos jugadores en todas las posiciones es importante porque no todos los días estaremos bien todos. Si contra el Burgos no juego bien, Jaime tiene que estar preparado y Francis ya sabemos de lo que es capaz de hacer en un buen día. Es una competencia, pero por encima está el rendimiento del equipo. Tener varios jugadores que puedan jugar en una posición es importante para que el equipo pueda ganar, es lo que cuenta” decía el vasco en los micrófonos de Cope.

“Es decisión del entrenador, ya nos lo dijo, lo tenemos claro. Lo único que podemos hacer es trabajar y buscar el bien del equipo y no el individual. Cuanto mejor lo hagamos más difícil se lo pondremos al entrenador y mejor será para el equipo. Somos una plantilla muy buena, no sobra nadie e imagino que la decisión no será nada fácil para Fotis”, explicaba Brizuela. La competencia interna se eleva y los minutos van a estar caros. Hasta horas antes del partido no tiene previsto Katsikaris desvelar quién quedará fuera ante el San Pablo Burgos. Siempre teniendo en cuenta, claro, que los problemas físicos pueden aparecer en cualquier jugador. Ya lo dijo Katsikaris semanas atrás: “Ojalá tenga 13 jugadores y pueda elegir, sería muy buena señal”. Llega el momento en el que nadie se puede relajar. Los minutos van a estar más competidos, también la gestión de los roles que, hasta ahora, ha manejado con bastante solvencia Fotis Katsikaris.

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