Puede haber novedades en este asunto, pero, si no las hubiera, el Unicaja disputa hoy su penúltimo partido de pretemporada. El domingo, la Copa de Andalucía. Un buen plato, a puerta cerrada, para seguir con la preparación en Benahavís, donde siguen disfrutando de un buen baloncesto durante el año. Allí los malagueños se miden al Herbalife Gran Canaria, que vuelve a optar a la segunda línea en la ACB. Otro punto alto también para ver qué sentido tiene la flecha antes de debutar en Badalona el siguiente sábado. Ahora mismo, tras pasar por Murcia, la punta está hacia abajo. 

"Es verdad que bajamos la intensidad en los últimos partidos. Debemos ser sólidos, más regulares. Al final todo está en la defensa de equipo, tenemos que estar unidos y que no haya fugas por ningún lado y ahí está nuestra mejora", era la lectura que hacía Alberto Díaz. Hay ganas de ver si ha habido esa mejora en esta semana de entrenamientos. Se supone en un grupo que se conoce y que no parte desde cero. También de ver de nuevo a Abromaitis, Francis Alonso y Nzosa, que ponen nuevos ingredientes en la receta. Y claro, a esa dinamita que hay en el perímetro. 

Es un buen día también para evaluar a los pívots. Delante estarán tipos aguerridos como Burjanadze, Costello o Wiley, que sonó para Málaga y terminó volviendo a Gran Canaria. Una puerta de entrada que también cruzaron Amedeo della Valle o Albicy, que tuvieron tramos de protagonismo en Euroliga hace unos meses. A la isla también llegó Frankie Ferrari, al que las lesiones cortaron en seco un despegue interesante en Manresa. Se le espera ver con continuidad. Y por encima de esos nombres, el de Porfi Fisac, que aterriza después de deslumbrar en Zaragoza. Sembró mucho en una plaza histórica del baloncesto español. Ahora le toca un reto algo superior, recuperar el prestigio y la ilusión del Granca. Para ello están de vuelta en la Eurocup y quieren agitar la zona noble de la Liga Endesa. Sólo perdieron frente al invicto Fuenlabrada y deben ser un examen productivo para el Unicaja.