Real Madrid - Unicaja: Show must go on (21:15)

Quiere más el Unicaja. No pretende el equipo malagueño que esa inolvidable remontada al Barça quede en un vacío histórico, sino que sea el preludio de algo grandioso. Horas placenteras desde ese frenesí en el Carpena, aún inexplicable y en proceso de asimilación el cómo el baloncesto aguardaba esa página que entra en las memorias de la entidad. Lo merecía este grupo de jugadores, no se habrá purificado del todo ese desequilibrio en el Carpena hasta que se consiga un título, pero se ha sentido mucho en parte por eso, hay que retroceder demasiado en el tiempo para encontrar un deje parecido. Pero son cuartos de final y ahora arranca la penúltima pantalla, de una complejidad aún mayor, ante otra superpotencia como el Real Madrid al que se mira los ojos. Una semifinal de ACB tremendamente excitante que arranca en el Movistar Arena (21:15 horas). Allá que va el equipo malagueño, ante un reto que estimula, y donde hay plena convicción en general problemas a un equipo que no pierde en ACB desde diciembre.

El mensaje es de prudencia, de presión para el grande y de respeto. Pero las caras y el brillo en los ojos de jugadores y técnicos de Unicaja no pueden disimular que hay muchas ganas de competir. También de liberación por solventar así los cuartos de final, la inercia emocional de la remontada y esa resaca de celebración, que no de euforia, que hay que saber canalizar antes de un reto como este, y en apenas 72 horas de margen. Es el Real Madrid, una superpotencia con hambre atrasada. Volaron Supercopa y Copa gracias al Unicaja, muy superior en esas dos finales que marcan la eliminatoria, desde el prisma blanco y esa alerta, y una Euroliga donde el Madrid anduvo lejos de los mejores. Y queda sólo la ACB, para un equipo de este presupuesto y dimensión no ganar nada es un año horrible (dos temporadas en blanco del Barça). Esa ansiedad es un vector importante en la eliminatoria. Hay que igualar la energía, concentración e intensidad del equipo madridista. En un punto similar, esa necesidad puede tornarse en nervios. Y más ante un equipo también grande como el malagueño, acostumbrado a ganar mucho y que sabe leer ese temor en la cara del rival. La importancia del primer partido decía Ibon y por dónde puede discurrir la serie, una buena oportunidad con ese rodaje competitivo, ante un Madrid parado desde el viernes. No hay un axioma firme, pero sí la ilusión y la confianza de quebrar la serie y traer a Málaga el factor cancha. Miércoles y viernes. Un esfuerzo más y seguir contagiando la fiebre verde que tiene a Málaga palpitando.

El Unicaja verifica ese buen momento físico y baloncestístico, al margen de epopeyas. El cómo se ganó en el Palau y un grueso de la elimonatoria ante el Barça, donde Ibon visualiza alguna similitud a la semifinal. Hay puntos a mejorar como dominar más en ese otro baloncesto, importante en estos terrenos, interpretar dónde los árbitros ponen contactos, y eludir errores evitables que en alguna fase penalizaron con los azulgranas; ese control de los detalles. No es el Unicaja un bloque cerebral por su filosofía, aquello del estado de ánimo que siempre menciona Ibon, pero seguro decantará. Hizo daño el Madrid con la zona en el Carpena protegiendo a Tavares, angustiado el caboverdiano cuando aparece la brigada de grandes malagueña, los Kravish, Sima y ahora un lanzado Balcerowski. Y la prueba con Fall y ese tercer partido donde el Barça desquició, igual que el UCAM hace un año. Trampas y trabas para condicionar, más la buena versión que ha encontrado el Madrid en su unidad B. Garuba hizo un gran partido en Málaga; Andrés Feliz es el jugador de la Penya, ahora sí relevo fiable de Campazzo. O Hugo González, destinado a posiciones altas de este Draft. Recursos que se añaden a los Campazzo, Hezonja, Musa y Tavares, el núcleo duro. No estará Gaby Deck en la serie.

30-4 en Liga Regular y 24 victorias consecutivas del Madrid. Hay una idea establecida en el imaginario de un equipo blanco menos gigante, pero son datos demoledores. Play off y una historia distinta. Respeto, pero no miedo en el Unicaja, una cancha donde ha ganado alguna vez estas temporadas, parte de esa rutina extraordinaria. Alberto Díaz es duda por una dolencia en el gemelo y no se correrán riesgos, sabiendo que es una serie larga y el mirar con las luces largas. Ibon tendría que buscar un segundo descarte. ¿Osetkowski de nuevo? Una decisión arriesgada de Ibon en el Palau que ha salido bien, y por el peso de los pívots ante Tavares y el momento del resto de interiores...

El Madrid se impuso al Baskonia en un segundo partido de intercambio de golpes (103-112). Difícil adivinar qué ritmo conviene al Unicaja. Por encima de 90 puntos en Murcia y Gran Canaria, pero el equipo parece llegar preparado ante cualquier escenario. Una serie de desgaste, de evidenciar la valía de esa rotación larga y explotar las debilidades del un rival obligado a pasar. Momento de seguir compitiendo y disfrutando, a tres victorias de esa final de Liga. Show must go on.