La selección española jugará en Málaga un torneo con República Checa y Portugal en agosto

La selección española de baloncesto masculino volverá a Málaga este verano. Desde hace una más de una década es prácticamente fija en cada periodo vacacional en la Costa del Sol. En 2024 no jugó ningún partido, pero estuvo en The Embassy, en Fuengirola, poniendo las bases de la participación en el Preolímpico de Valencia que dio el billete para competir en París semanas después. El vínculo es fuerte, Sergio Scariolo y su staff consideran un lugar en el que se trabaja muy cómodo y se dan todas las condiciones y los jugadores también están muy a gusto.

El torneo que acogerá el Martín Carpena será del 5 al 7 de agosto y en él participarán España, República Checa y Portugal, tres selecciones que competirán semanas más tarde en el Eurobásket, que será multisede como en las últimas ediciones. No es, evidentemente, el lustrosísimo cartel de dos años atrás, con Estados Unidos y Eslovenia con Luka Doncic, pero estará por Málaga unos días el remozado equipo nacional en el que Sergio Scariolo sigue liderando el cambio en el inicio de otro ciclo olímpico, en el que habrá algunos novedades. El líder debe ser Santi Aldama, aunque debe resolver su futuro al acabar contrato con los Grizzlies, junto a jugadores que ya han tomado protagonismo en anteriores campeonatos. Juancho Hernangómez, en una gran temporada con Panathinaikos, también debería coger galones en una selección de la que se caen ya referentes como Rudy Fernández y Sergi Llull.

"No hay que despreciar o faltar al respeto a los que en este momento están en un momento más alto de madurez, incluso de rendimiento. Así que hay que tener una visión colectiva, por supuesto tomar algún riesgo, pero a la vez ser justos y ver las cosas con los ojos de la realidad, no con los ojos del sueño de querer ver ya a un equipo de 12 niños de 20 años preparados para competir y ganar. Hay que ver las cosas como son, no como poéticamente nos gustaría que fueran", decía en estas páginas el seleccionador el pasado mes de febrero, antes de la Copa, cuando se le cuestionaba por esa convocatoria veraniega, en la que pueden entrar jóvenes de la nueva ola que ya han figurado en las ventanas de noviembre y febrero, con el malagueño Mario Saint-Supéry como uno de ellos. También Hugo González y otros compañeros de generación, con seguimiento a los que compiten en Estados Unidos también, como el paleño Álvaro Folgueiras, Aday Mara o Baba Miller. Además, claro, del grupo de veteranos en el que Alberto Díaz se ha hecho fijo en las tres últimas competiciones (Eurobásket'22, Mundial'23 y Juegos Olímpicos'24). Yankuba Sima y Jonathan Barreiro también han estado en listas y se han quedado no lejos de entrar en campeonatos de verano. En el caso de Tyson Pérez, su idea es aguardar que la FIBA le permita competir con la República Dominicana. En el grupo de trabajo de Scariolo hay también varios malagueños y vinculados con la ciudad, como Fran Vázquez en el staff, el doctor Carlos Salas o el preparador físico Enri Salinas.

República Checa está dirigida por Diego Ocampo, entrenador también del Baxi Manresa. Tiene a veteranos ilustres como los barcelonistas Tomas Satoransky y Jan Vesely y ha estado presente, pegando algún susto, en casi todos los últimos grandes torneos. Portugal, mientras, se estrenará en la fase final de un Eurobásket, dentro del crecimiento de los deportes de equipo en el país vecino, como ha sucedido con el balonmano, en el que se han convertido en potencia. Serán los primeros partidos amistosos que jugará España en su camino hacia Chipre, grupo en el que ha quedado encuadrado en una complicada primera fase con duelos ante Georgia, Bosnia, Chipre, Italia y Grecia. Un doble duelo con Francia en Badalona y París (12 y 14 de agosto) y otro doble con Alemania en Madrid y Colonia (21 y 23 de agosto) completarán la preparación.