Unicaja - Andorra: Maquinaria preparada (98-80)

La máquina está ajustada en el momento preciso para competir por otro título. Dos partidos en 72 horas han refrendado la línea ascendente de un Unicaja que trituró al MoraBanc Andorra (98-80) para fortificar su cuarto puesto en la clasificación de la Liga Endesa y viajar a Atenas con la confianza para competir en un ambiente excitante para este grupo de ganadores que, al olor de las grandes citas, está presto para intentar agrandar su historia. El MoraBanc exigió hace un par de semanas al Real Madrid hasta el límite y el Unicaja lo había prácticamente reducido al descanso (53-34) después de 20 minutos de gran baloncesto, con mucha alegría, chispa, la sonrisa del que está disfrutando. Y es el síntoma de que este equipo está con todas las luces activadas.

Con un momento muy emotivo con la ovación y merecido homenaje a Joan Plaza en los prolegómenos, que emocionó al técnico con más partidos en la historia de la entidad, arrancó un duelo en el que los del Principado aguantaron medio cuarto, pero ya al final del primer estaban 11 abajo tras un triple sobre la bocina de Kendrick Perry, últimamente finísimo en esta suerte con bastante continuidad. Va consolidándose ese quinteto inicial con Alberto y Carter de salida en la cabina de dirección. También va siendo costumbre que las llamaradas de Tillie (seis puntos seguidos) hagan daño al rival. Y, con las bajas de Djedovic y Taylor, también gusta cómo lo hace de Dylan Osetkowski desde el puesto de tres, sin sufrir demasiado con sus pares, no suele salir mal parado de los cambios defensivos per se, y ayudando a cerrar el rebote y atreviéndose a cosas distintas. También, igual ese olor próximo a gloria, parece hacerle sonreír y mejorar su lenguaje corporal. Le vacilaba a Tyson Carter después de que lanzara un contragolpecon un pase largo y a su compañero se le escurriera el balón solo ante el aro. Balcerowski ofrecía también buenos minutos, con algo de continuidad en las dos canastas. Mate, tapón, alguna buena defensa en un cambio, un pase sin mirar para mate de Osetkowski... Concatenación de acciones necesaria para elevar su confianza. Reaparecía también Melvin Ejim, un soldado sin el que se ganó la Copa del Rey pero que es un arma valiosísima en contextos como los que aguardan en Grecia. Podía haber vuelto algún partido antes, pero se respetaron los plazos de sanación y acondicionamiento. Con 53-34 se iba el partido al descanso, con excelentes combinaciones en estático, con el balón pasando en pocos segundos por los cinco jugadores y estéticas canastas, que siempre suman.

El segundo tiempo ya se jugó en modo ahorro de energía, sin la exuberancia de la primera mitad. También el Andorra tuvo algo más de acierto, pero el nivel defensivo propio, óptimo en el primer tiempo, no continuó al mismo nivel. Y eso, sin que el partido pareciera peligrar en ningún momento. Se encendía el público con el arbitraje, que echaba a Kalinoski en el minuto 25 tras falta y técnica. Una canasta de Osetkowski sobre la bocina (69-56) dejaba la renta en 13 puntos al final del tercer cuarto, pero el MoraBanc siguió apretando hasta colocar en ocho puntos el margen (81-73). No bajó de ahí, el Unicaja volvió a elevar el nivel en los últimos minutos, otra vez con canastas preciosistas, con Tyson Pérez regalando mates y con dos triples de Barreiro matadores, siempre viene bien lucimiento para los secundarios. Un triple de Osetkowski liquidó y el Unicaja cerró la victoria, que fortifica la cuarta plaza y que permite ir con la moral alta a Atenas. No es garantía de título, pero sí de que este equipo competirá hasta las últimas consecuencias desde el próximo viernes en el Sunel Arena para intentar conseguir el cuarto título de la temporada. Hay que pellizcarse.

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