Unicaja-Barcelona: Ser aún más leyendas (21:15)

El Unicaja afronta el inicio del play off de la ACB ante el Barcelona (21:15 horas) con el complicado reto de llegar a la final en el lado del cuadro más complicado

Dos modelos distintos de rotaciones

Alberto Díaz, con el vinilo del play off sobre el parqué.
Alberto Díaz, con el vinilo del play off sobre el parqué. / Unicaja B. Fotopress / M. Pozo

El Unicaja se encuentra en la frontera final para hacer única una temporada ya legendaria, con cuatro títulos y un puñado de imágenes inolvidables. Es un equipo voraz y que no da síntomas de desgaste como grupo, sino más bien de madurez y conocimiento propio y del medio para afinar cuándo se debe estar óptimos y cuándo destensar para llegar bien de cabeza y de coco a las citas trascendentales, el “ganar cuando hay que ganar” con el que Ibon Navarro evangelizaba desde el verano pasado después del palo del UCAM Murcia. Decía en estas páginas Kameron Taylor que en esa decepción ante los universitarios se ha edificado todo lo que se ha conseguido en esta campaña. Es un Unicaja que ha digerido de manera extraordinaria cada revés para retroalimentarse y crecer. Y el reto que ya verbalizaba Ibon en la celebración de la Copa de jugar una final de ACB, promesa incluida a Alberto, tiene un extra de dificultad. Deberá tumbar a dos equipos de Euroliga para conseguirlo. Queda muy lejos el ganador del Madrid-Baskonia. Se trata de vencer a un Barcelona (21:15 horas) que ya entraña bastante dificultad por sí mismo.

Históricamente el Barcelona ha sido un ogro para el Unicaja. Los dos equipos han jugado 11 play off entre ACB y Euroliga (10 y una) y 10 eliminatorias a un partido (Copa y Supercopa) y sólo venció el cuadro malagueño dos veces, en la serie a tres partidos para ir a la Final Four de Atenas’07 y en la prórroga de los cuartos de final de la Copa de Badalona’23, antesala de un título mágico con un Darío Brizuela poseído en nombre de Bruno que esta vez está enfrente y que es uno de los mayores peligros del cuadro culé. Este Unicaja también está consiguiendo que se pierda ese miedo atávico a los gigantes. Sus dos últimos títulos nacionales fueron en finales ante el Real Madrid, el territorio en el que los grandes no perdonan. Y también es cierto que la mitad de la plantilla no había nacido y la otra apenas gateaba cuando aquel triple de Ansley en la primavera del 95.

Será una batalla física y mental. El Unicaja tiene una plantilla más profunda, con mayor número de efectivos. El Barcelona se ha ido redondeando a medida que ha perdido a los lesionados, pero queda la duda de cómo de lleno tiene el depósito para competir a muerte para evitar su segunda temporada consecutiva en blanco, un accidente histórico en las últimas décadas azulgranas. Pero la calidad del bloque de Joan Peñarroya es indudable. Tiene el talento anárquico pero letal en días señalados de Punter y Parker, un bloque nacional que ha ido creciendo y ganando peso, versatilidad para provocar quebraderos de cabeza y esa confianza de que los buenos van a tener minutos hagan lo que hagan porque no hay más. El primer partido en casa tiene un extra de presión para el equipo que juega en casa, se queda a 40 minutos de una eliminación en pista ajena.

La derrota ante el Joventut pareció anecdótica en un último mes primoroso en el que se ganó un título y se recuperaron las mejores sensaciones de la temporada. Echar la vista atrás y ver el camino y de dónde se viene pone los pelos de punta. Un cajista que hubiera hibernado desde el verano de 2022 y recuperar la consciencia tendría serios problemas para creer lo que se ha vivido. Dijo una frase Ibon lapidaria en la víspera:“Creo más en la ilusión que en la obligación en una eliminatoria así”. Esa nube negra del UCAM no está. Son los partidos que aspiran a jugar todos los profesionales. La presión justa después de ganar tanto, la ilusión al 100% por terminar de convertirse en leyendas.

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