Unicaja-Real Madrid: Con la misma urgencia (21:15)
El Unicaja intenta devolver las semifinales a Madrid en un cuarto encuentro caliente y en el que el equipo malagueño debe salir con la misma agresividad y concentración del tercero (21:15)
Así lo veía Chus Mateo

El Unicaja sigue colgando de la cornisa, pero el Real Madrid no está tan lejos ahora. En play off, las sensaciones cambian cada 48 horas. La montaña sigue empinada, el cuadro blanco está muy bien y exige mucho, tiene mucha necesidad de ganar esta ACB. Un gran Unicaja tuvo que llegar exhausto a la meta para vencer con la presión del Madrid, que negó la derrota como suele. El cuarto capítulo de esta gran semifinal es este martes desde las 21:15 horas en un Carpena que volverá a reventar.
Es una eliminatoria en la que han traspasado algunas líneas rojas y en la que la tensión está bastante alta. Gestionarla y tener la cabeza fría para jugar el mejor baloncesto posible dentro de un contexto de dureza y presión será esencial. Eso sí, la agresividad y la concentración para limitar los errores es innegociable no ya para ganar, sino para competir ante el gigante madridista, ya también con sus terminales mediáticas funcionando a toda caldera. La queja del Unicaja se centra en el aspecto disciplinario y cómo se gestiona por los colegiados. Los jugadores escuchan y ven lo que los madridistas dicen a los árbitros y cómo se mira casi siempre hacia otro lado. Ycómo se actúa en carne propia. Y eso hace mella. De ahí la queja. Pero ya se sabe con qué bueyes hay que arar. Pérez Pizarro-Aliaga-Perea es el trío elegido para impartir justicia este martes en el Carpena.
Más allá de esa tensión, por encima, debe estar el baloncesto. El Unicaja compitió de manera excelente, con esa urgencia de tener un cuchillo en la garganta. Jugó 19 minutos primorosos, al nivel de lo mejor de lo mejor de la temporada. Seguramente con un Madrid que venía con algo de suficiencia tras las dos victorias amplias en el Movistar Arena y sin esa misma necesidad. Tardó en carburar, pero en la segunda mitad se vio la tremenda calidad y poderío del Real Madrid, con varios de los jugadores más desequilibrantes en Europa, un asedio continuo a la diferencia que manejaba el Unicaja. Empataron casi sobre la bocina, pero de manera ilegal con el codazo de Musa a Perry. Hay muchas interpretaciones sobre el tema, se cuestiona con frecuencia la regla codo-cara. Los árbitros a los que cuestionó este periódico respondieron de manera unánime: la jugada fue arbitrada de la manera correcta, ajustada a normativa, Musa saca de su cilindro en su lícito deseo de protegerse y golpea con su codo a Perry en la cara, que no invade el suyo en su deseo de taponar. Desde el Madrid se ha intentado difundir que las quejas de Ibon Navarro tras el segundo parte sobre el citado tema disciplinario influyeron decisivamente en el arbitraje, por ahí han ido los mensajes, algunos de mal gusto. Un revisado minucioso de los 40 minutos despeja cualquier duda sobre para dónde estuvo la balanza en el mayor número de jugadas.
El Unicaja protegió mucho mejor el balón en el partido de Málaga que en Madrid, supo pelear la inferioridad palpable en los rebotes, tuvo algo mayor de capacidad de anotar de tres (cinco de los seis de Osetkowski y Carter, sólo ligeramente por encima del 30%), defensivamente obligó a jugar muchos minutos lejos del aro al Madrid (especial mención a Sima saliendo y recuperando). Tuvo a los dos citados americano de lo que son, gente de Euroliga, donde jugarán el año que viene. Pero antes hay una misión colectiva en Málaga para intentar regresar a Madrid. Será un partidazo, noche grande en el Carpena, con ovación garantizada tras un año histórico.
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