Cádiz

Cuna de la pasión hípica

  • El centro Hípica Bahía Verde, en Puerto Real, forma a jóvenes promesas de la equitación

Claudia nos mira asombrada. No alcanza a comprender por qué dos extraños, uno cámara en mano y otra con bolígrafo y papel, no le quitan ojo de encima. Sigue observándonos fijamente, sin parpadear, y sin soltar a Lola, su poni, a la que acaba de montar durante una fresca tarde de este verano inusual. Claudia, ataviada con su casco talla XS y su botas del 23, no entiende que los verdaderamente sorprendidos somos nosotros. Con tan sólo tres añitos, es una "experta" jinete del centro Hípica Bahía Verde de Puerto Real. Y así nos lo hace saber: "Yo es que monto desde que tengo dos años".

Junto a Claudia están Lola, de seis años, y su caballo Bob. Las acompañan Emma, de 12 años, y otras tantas niñas de San Fernando, Puerto Real, El Puerto y Cádiz. Todas entrenan en el club puertorrealeño Hípica Bahía Verde, la cuna que meció su pasión por el caballo. Acuden a numerosas competiciones a nivel nacional, consiguiendo un palmarés más que destacable.

Pero, más allá de los premios y reconocimientos, de llegar a convertirse en jinetes de élite, tanto las alumnas como Carlos Bosch, director del centro Hípica Bahía Verde, tienen claro que lo importante es "la base". "La equitación no es sólo montar. Aquí enseñamos a los niños a cuidar a los caballos, ellos los preparan, les ponen y les quitan las monturas, los cepillan, los duchan... Se responsabilizan de todo. La clase no acaba cuando se bajan del caballo, sino cuando el caballo entra en la cuadra".

Con más de 200 socios inscritos a lo largo del año, el centro puertorrealeño oferta en verano cursos de diferentes disciplinas (doma, cross, salto, enganche) a todos los niveles. "El que quiera, puede apuntarse, no hay límite de edad".

Habrá quien pueda pensar que el límite no está en la edad, sino en el bolsillo, pues tradicionalmente se ha concebido la hípica como una práctica deportiva exclusiva y sólo apta para una minoría con recursos. Carlos Bosch lo desmiente: "La hípica es lo que uno quiera. Todo el mundo puede permitírselo, otra cosa es dedicarse a esto profesionalmente y querer competir a más nivel. Entonces sí es caro".

El responsable de Hípica Bahía Verde aclara también que, tanto si el niño está empezando a familiarizarse con este deporte como si ya aspira a alcanzar un grado profesional, la clave está en "la pasión". "Si no hay una afición desbordada, no merece la pena. La hípica es para el que le apasiona, para el que lo disfruta al máximo".

Ahora bien, Carlos Bosch advierte que profesar amor eterno al equino no es el único requisito indispensable para llegar lejos en este deporte. "Si la familia no apoya, si a los padres del niño no les gusta la hípica, esto es sencillamente imposible. Mejor que el chiquillo se dedique al fútbol", sentencia. Lo cierto es que en nuestra visita a las instalaciones del club hípico puertorrealeño, decenas de padres observan atentos las maniobras de sus hijos, charlan entre ellos y esperan pacientes a que finalice la clase. "Yo estoy muy contenta y mi niña, más", comenta satisfecha una de las madres mientras otras asienten con el gesto. Otro padre refiere que su hija no quiere perderse ninguna sesión. "Para ella faltar es como un castigo".

Resulta curioso que el 90% de los usarios de Hípica Bahía Verde son chicas. "Esto es un deporte para valientes, y las niñas son más valientes", así lo reflejan los números que aporta Carlos Bosch, que asegura que las personas que practican hípica "ganan mucha confianza en sí mismas", una seguridad "que extrapolan a otros aspectos de su vida diaria, no sólo al deporte".

"Yo llevo vinculado al mundo del caballo toda mi vida", admite orgulloso Bosch. "Por aquí han pasado niños que comenzaron en el Poni Club de Bahía Verde y que ahora mismo están repartidos por diferentes puntos de España, de Alemania o Inglaterra compitiendo al más alto nivel. Es muy gratificante para mí comprobar que en todas partes hay profesionales que nacieron, hípicamente hablando, en Puerto Real".

La satisfacción de ver a sus pupilos llegar a lo más alto no impide a Carlos mantener los pies en la tierra. "Nunca un jinete toca techo. Siempre se aprende, siempre hay que mejorar, aunque seas un campeón de campeones, queda camino por recorrer".

Además de los cursos de equitación, el centro Hípica Bahía Verde ofrece cursos de formación, como el de experto universitario en hípica o el de técnico deportivo (a dos niveles). Además, acoge en sus instalaciones diferetes competiciones, la más reciente, la final de la liga andaluza de enganche (en la modalidad indoor).

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