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Alpujata, el antes y el después de una catástrofe

  • Un grupo de profesores publica un informe de la riqueza natural de la sierra antes del incendio que sufrió en 2012 Algunas especies únicas han desaparecido

Antes del catastrófico incendio que tuvo lugar a finales de agosto de 2012, la Sierra de Alpujata de Coín era un rico entorno natural único por la cantidad de especies vegetales endémicas que acogía dadas sus especiales características geológicas. Todo un tesoro verde perdido en gran parte que aún no se sabe si se podrá recuperar y sin que haya conseguido todavía la conservación de un espacio protegido.

Los 72 kilómetros cuadrados de superficie que ocupa esta sierra la convierten en el segundo afloramiento de peridotitas más grande de todo el sur de la Península, solamente por detrás de Sierra Bermeja en Estepona. La particularidad de este entorno natural radica precisamente en que se encuentra asentado sobre un monte de peridotitas, un tipo de roca surgido por los distintos estiramientos que ha sufrido la corteza terrestre a lo largo de la historia y que ha conformado un hábitat único con numerosas especies vegetales que no existen en otro lugar.

Esa importancia vegetal y geológica ha llevado a un grupo de profesores del departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga a publicar un completo informe sobre la flora y la vegetación de Alpujata en la revista Lagascalia y que fue realizado justo antes del incendio más grave sufrido nunca en la sierra. Tal fue el daño provocado por las devastadoras llamas durante aquellos días que, según el profesor de la UMA Andrés Pérez Latorre, "creemos que algunas de las especies protegidas y únicas que albergaba la sierra han desaparecido".

Por las que más se teme es por las plantas llamadas serpentinófitos, endémicas exclusivamente de las rocas de peridotitas. Sobre todo, las que fueron inventariadas en las caras sur y norte de la sierra, que resultaron ser las más afectadas por el incendio. Una de las especies a las que se le ha perdido el rastro ha sido la científicamente conocida como Silene fernandezii, una especie de clavel silvestre cuyas poblaciones se ubicaban exactamente en las zonas quemadas y que estaba protegida por encontrarse en peligro de extinción.

También se desconoce qué ha pasado con la Armeria villosa y que tenía la catalogación de vulnerable en la legislación actual. Pero no sólo especies concretas, el experto de la UMA alertó de que se han perdido comunidades vegetales completas recogidas en la Red Natura 2000 de la Unión Europea, pese a que la sierra no ha sido catalogada hasta la fecha como Lugar de Interés Comunitario (LIC).

La naturaleza está intentando hacer su trabajo y regenerar todo lo que el fuego arrasó en el que fue considerado el más grave de los montes malagueños en las últimas décadas. Por suerte, Pérez Latorre señaló que "la regeneración está teniendo un buen resultado y creo que gran parte de la vegetación quemada se recuperará".

Además de las lluvias abundantes caídas en el invierno del año pasado, la Sierra de Alpujata ha contado con otra ventaja para volver a lucir tímidamente el color verde que sustituyó por el negro más pesimista y es, según el profesor de la UMA, que antes del incendio la vegetación de la zona estaba muy evolucionada y "cuanto mejor esté frente a una de estas catástrofes mejor y más rápido rebrotarán". Habrá que esperar.

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