La Generalitat supera su récord de cinismo

Ya no es el momento de tantear, sino de defender lo que con tanto esfuerzo han logrado todos los españoles, incluidos los catalanes

Pocas veces en la historia de la España democrática se han alcanzado las cotas de cinismo y poco rigor político que ayer lograron el presidente y el vicepresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, respectivamente, que comparecieron ante la decisión del Tribunal de Cuentas de reclamar cinco millones de euros al ex presidente de esta autonomía Artur Mas y a otros antiguos altos cargos de la Administración catalana por su actuación en el fracasado intento del 9-N de realizar un referéndum de independencia, algo así como el ensayo general del próximo 1-O. Nadie esperaba que los dos líderes catalanes entonasen un mea culpa y que diesen la razón al Gobierno, pero tampoco que, en un auténtico ejercicio de prestidigitación dialéctica, culpasen a la Administración central de situarse "en el terreno contrario al Estado de Derecho". Que los que han ignorado constantemente la legalidad y las normas más elementales del juego democrático se intenten presentar como víctimas de un golpe de Madrid nos indica hasta qué punto el llamado procés (un intento de subvertir el orden constitucional aprobado por todos los españoles en 1978) se ha convertido en una maniobra antidemocrática mantenida por la mentira sistemática y descarada.

En su tramposa interpretación de los hechos, ambos políticos llegaron a afirmar que "la elección no es entre independencia sí o no, sino entre democracia sí o no". No entendemos muy bien cómo los mismos que sistemáticamente han incumplido la ley y han amedrentado desde las instituciones a aquellos que no comparten su ideal soberanista se pueden presentar ante la opinión pública como adalides de la libertad y la democracia. Mayor cinismo, como decíamos, es difícil de encontrar en nuestro pasado más reciente.

Ante políticos de esta laya sólo cabe la firmeza de las instituciones. En este sentido, hay que aplaudir la intervención de ayer de fiscal general del Estado, José Manuel Maza, quien garantizó una actuación "firme y enérgica" ante "la sinrazón de quienes se sitúan al margen de la ley, del Estado de Derecho y la democracia". Aunque muchos tenemos la amarga sensación de que los poderes del Estado han dejado avanzar demasiado al independentismo, es el momento de que se empiece a actuar con contundencia frente a los enemigos de la democracia española. Ya no es el momento de tantear y esperar, sino de defender lo que con tanto esfuerzo han logrado todos los españoles, incluidos los catalanes.

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